Primero la Luna, luego el Universo
por BELDUQUE
Ya han pasado 40 años de la llegada del ser humano a la Luna, una proeza histórica para todos. Un hecho que algunos han querido desacreditar sin éxito, un fraude más de los conspiranoicos; pero que nos hace constatar que a donde quiera ir el ser humano, tarde o temprano llegará.
Hoy parece que nos estamos enfocando por la reconquista de la Luna, que fue abandonada por distintos intereses, entre ellos los costos de esto y la carrera espacial ya había avanzado a la era de las estaciones espaciales, aunque algunos digan que “nos corrieron” de ahí, lástima que no den las suficientes evidencias de esto. El desarrollo de las estaciones espaciales sigue con gran éxito, pues la Estación Espacial Internacional sigue desarrollándose con el apoyo de varias naciones, y un gran equipo que demuestra que unidos lo podemos lograr todo.
La próxima parada podría ser Marte, y sin duda se logrará, esperemos que sea sin mayores contratiempos, aunque se sabe bien que es un enorme reto, pero los retos están para eso, para lograrlos. Algunos piensan que ya es hora de que, de existir alguna cercana, ya deberíamos de haber contactado a alguna civilización extraterrestre, o cuando menos ya deberíamos haber encontrado alguna antigua sonda de exploración perteneciente a ellos. Pero hasta el momento, lamentablemente, no ha sido así.
Los intentos de comunicación que se han realizado por parte de varios organismos hasta la fecha siguen esperando resultados reales, y no las ilusiones que algunos plasman en campos de cultivos, supuestos mensajes telepáticos canalizados y presuntos contactos con visitantes de otros mundos. Ojalá las cosas fueran tan sencillas como estas personas dicen, pero no es que no se les quiera creer, es que la ausencia de evidencias, o más bien, la falsedad de muchas de esas evidencias, nos impiden creerles. Uno de buena fe puede creer que sí hay algo fuera de lo normal, pero no se puede creerles más allá de eso, sería contraproducente pata todos, pues sería engañarnos.
Al acelerado paso que está avanzando la industria espacial, una persona hace tiempo comentó que, a falta de pruebas de que hoy en día exista alguna civilización extraterrestre, muy posiblemente en el futuro los auténticos extraterrestres serán nuestros hijos y nietos, pues el desarrollo de los viajes espaciales ya no es solo un tema de ciencia ficción, sino una esperanzadora realidad.
No negamos que en futuro, muy posiblemente encontremos formas de vida extraterrestre, pero hay que estar conscientes de esta posibilidad, de que esto se tarde demasiado y que el primer extraterrestre con el que se tenga comunicación inteligente sea un nieto nuestro. Hoy en día los intentos por lograr la comunicación por parte de proyectos como los del SETI o el Cosmic Call están llenas de esperanzas, no basadas en simples creencias, sino en esa lógica posibilidad de que sí nosotros estamos aquí, muy posiblemente, haya alguien allá en el espacio.
Mientras por las noches podemos ver con cierto entusiasmo el paso de satélites y sondas espaciales cruzando nuestro firmamento, seguimos a la espera de que alguien llegue y nos diga, que no estamos solos. No nos asustaremos, eso ya es del pasado, el terror de las novelas de ficción ya no es posible gracias a la apertura de información y los medios para difundir estos temas, los sistemas financieros no se colapsarían ni se fracturarían las creencias religiosas, pues hasta ya ha sido aceptado de manera positiva esta posibilidad.
¿Qué pensarán, hipotéticamente hablando, esas civilizaciones extraterrestres? Posiblemente no sean muy distintas a nosotros, esas siluetas que hoy circulan por la red y películas de ficción podrían no ser muy exactas, a final de cuentas tampoco serían perfectos, pues de serlo ya habrían encontrado la forma de comunicarse abiertamente con nosotros sin causar el pánico que algunos ufófilos suponen.
Los ovnis siguen siendo, parcialmente, un misterio solo porque a algunos “ufólogos” les conviene. Los verdaderos ufólogos ya lo hubieran resuelto, si no es porque les estorban en el camino. Solo con una actitud propositiva se logrará resolver este misterio, y no con descalificaciones y negaciones como sólo hacen los ufófilos que sólo son fanáticos y aficionados a que los engañen. Lo peor del caso es que defienden los engaños.
En fin, la carrera espacial nos hace meditar y darnos cuenta de que, cada día que pasa, no dejamos de ser humanos y terrícolas, pero cada vez somos más exploradores y conquistadores de este universo que nos rodea, y que a final de cuentas ese es nuestro futuro.