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TERROR NOCTURNO

 BUENOS AIRES, (República Argentina)

 
TERROR NOCTURNO

 

 

 

AUTORES:

Liliana Flotta-Eduardo Grosso

_______________________________________________

 INDICE

 

Denominación Pág.

 

  • PREFACIO. 3

  • CAPITULO 1: Introducción. 5

  • CAPITULO 2: ¿De dónde proceden? 13

  • CAPITULO 3: Visitantes en Devoto. 21

  • CAPITULO 4: El robo de fetos: 34

  • CAPITULO 5: La encuesta Roper, nuestra experiencia. 38

  • CAPITULO 6: La hipótesis de recuerdos perinatales. 44

  • CAPITULO 7: Abducciones y contactismo. 48

  • CAPITULO 8: Entidades, ética y recuerdos. 53

  • CAPITULO 9: Aspectos fisiológicos de los visitados. 59

  • CAPITULO 10: Epílogo. 65

  • Bibliografía consultada. 68

  • Sobre los autores. 69

 

_____________________

 

 

 

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Copyright 1998.

 

 


Historias reales de visitantes extraterrestres

 

 

PREFACIO:

 

Si la presente obra se tratara de ficción, sería un relato de terror, con personajes valientes, que por todos los medios que otorga su sencilla humanidad, intentan sobreponerse a sus experiencias, que resultan insólitas, dolorosas y aterradoras, desde cualquier punto de vista, físico o psicológico.

Quien lo observara desde la postura del espectador, sentiría sumo respeto y compasión, que no es lástima, por el protagonista de la historia.

Al fin y al cabo sería ficción y en ella, todo puede ocurrir.

Verían al villano cruel, malvado, fuera de contexto con respecto a los cánones normales de aspecto físico y valores morales. Después de todo, aquel que atenta contra la integridad física y psíquica de un ser humano no merece existir en nuestro mundo.

La acción, como en toda historia de terror, pasaría constantemente de un ámbito normal y conocido, a uno inquietante, diferente, a veces mórbido.

El final de nuestra historia lo deberíamos dejar abierto, para que el lector lo completara según sus gustos.

Entonces, podría ocurrir que el protagonista triunfara sobre toda iniquidad que atentara contra él, sentando el precedente adecuado para toda la humanidad.

Podría ser todo lo contrario.

Estos relatos que vamos a compartir, no pertenecen a una historia surgida de la imaginación, para entretener al público.

Al no ser ficción, los protagonistas suelen no ser comprendidos.

Mientras viven repetidamente su horror, al enfrentarse con algo que no entienden, son mirados con recelo, sintiéndose insultados por quienes los creen mentirosos, o enfermos mentales. Por supuesto, al ser realidad, él o los villanos, no existen para el observador, siendo producto de la imaginación del protagonista. En nuestro mundo todo debe deslizarse dentro de lo conocido y aprobado.

Todo lo que vamos a referir a continuación, sucede en realidad en la época actual, en todas partes del mundo, a muchos seres humanos.

Entre ellos, gente común que no desea publicidad, hay quienes tienen conciencia de estas experiencias, habiendo visto, oído y sentido en su propio cuerpo los efectos de esta realidad. Algunos refieren haber sentido un dolor intenso, como de agonía en zonas de su cuerpo donde aparecen cicatrices.

Otros, recuerdan como si de sueños se tratara, figuras poco comunes en lugares donde no deberían estar; también, alguna vaga sensación en su cuerpo que persiste al despertar.

Ellos son mas afortunados tal vez, pero también presentan cicatrices, que no podemos dejar de tener en cuenta.

Si todos los relatos se refirieran a sueños, sólo eso serían; no hubiesen llamado la atención de nadie.

Pero aquellas personas que han vivido estas experiencias, refieren tantas constantes, repetidas una y otra vez, en tantos países con costumbres e idiosincrasia diferente, que muchos nos hemos visto obligados a investigar seriamente, tratando de dar con una explicación.

No siendo los hechos ni lógicos, ni razonables, la explicación que podemos aportar, puede resultar exactamente igual: ni lógica, ni razonable.

Pero puede ser la verdad. Una verdad posible, no probable, pero auténtica al fin.




CAPITULO 1

INTRODUCCION:

 

Desde hace algunos años se han venido produciendo una serie de fenómenos conocidos en el ámbito ufológico y parapsicológico con las denominaciones de "visitantes de dormitorio” o “Síndrome de Strieber”, en alusión a las experiencias vividas por el escritor de novelas de terror y ciencia ficción.

Debido a las extrañas e insólitas características de estas vivencias es muy difícil catalogarlas y categorizarlas dentro de los límites de una disciplina en particular, sea ésta la Psicología, la Parapsicología o el conocimiento ufológico (estudio del fenómeno Ovni).

El hecho en sí es que para el testigo son experiencias reales, provistas de innumerables aristas y que dejan profundas secuelas físicas y psíquicas en los protagonistas, que son extremadamente difíciles de asimilar, máxime cuando muchos de los recuerdos quedan sumergidos en el subconsciente.

En los últimos diez años los casos se han multiplicado en forma geométrica. A consecuencia de esto han sido nota de tapa de los prestigiosos periódicos norteamericanos “New York Times” y “Washington Post”, al igual que el diario “La Nación” de Argentina. Por otro lado se han producido acalorados debates en universidades europeas y norteamericanas, incluida una conferencia especial para científicos en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, el célebre M.T.I., meta de la investigación científica mundial.

Un autor definió estas vivencias como “el terror que viene cuando cae la noche”, lo que en nuestra opinión define con claridad las propiedades de la experiencia. Repetimos lo que dijimos en el prefacio, esto no es ficción, son casos reales que llenan de pavor a los protagonistas; no es una película, como decía es Doctor Hynek, padre de la moderna Ufología, “los testigos son gente ordinaria en circunstancias extraordinarias”.

En la generalidad los “visitantes de dormitorio” son el preludio de las llamadas “abducciones”, término jurídico que es sinónimo de secuestro.

Veremos mas adelante, que no siempre el humano es llevado a bordo del ovni, sin embargo, son miles de personas en todos los países que han reportado haber sido secuestradas por seres extraterrestres y llevados a sus naves. Un estudio estadístico pormenorizado muestra claramente las increíbles similitudes de estos relatos, independientemente del lugar del mundo donde se produzcan. A esto le denominamos “pautas de acción” o “pautas de comportamiento”, y son fundamentales para efectuar análisis y promover hipótesis.

Cuando se expresa “extraterrestre”, no queremos hacer alusión al termino tal vez excesivamente reduccionista de un ser de otro planeta.

El estado actual de las investigaciones nos inhibe de precisar el origen de estos seres, sean éstos de otro planeta, intraterrestres, pertenecientes a otro plano de existencia o simplemente manifestaciones de nuestro subconsciente como el caso de las llamadas “fantasmogénesis”, tan populares en el siglo 19 y que comentaremos en este capítulo.

Por otro lado si ya tuviéramos estas respuestas habríamos dado un paso gigantesco en la investigación, por ahora tenemos mas preguntas que respuestas. Expondremos a lo largo de este trabajo las distintas teorías con respecto al posible origen de estos seres; en nuestro país hay gran cantidad de estudiosos que han acumulado multitud de información con respecto a esta pregunta.

El análisis no es fácil, de hecho estas experiencias acompañan a la humanidad desde los albores de los tiempos. Los llamados “devas” y “jinas” de Oriente, los “duendes” del norte de Europa y los maléficos y demoníacos “íncubos” y “súcubos” de la edad media reafirman la similitud de estos casos con los actuales.

Los mitos y leyendas nos relatan cómo estos seres copulaban con el humano, cuando no lo raptaban y lo llevaban volando hacia una cueva luminosa, embarazaban a las mujeres de la aldea y les robaban los fetos o sustraían los bebes apenas nacidos.

Estas pautas se repiten paso a paso en la actualidad, revestido todo esto de un contexto tecnológico.

El astrofísico frances Jacques Vallee está convencido que el fenómeno ha estado siempre con la humanidad y se ha ido adaptando al contexto cultural y tecnológico.

Dijimos al principio de este capítulo que es difícil encuadrar esta fenomenología dentro de una rama de una ciencia en especial. Si el testigo no quedara con evidencias físicas de las visitas (marcas, quemaduras, cortes) podríamos decir que la solución estaría dada con lo que en Psicología se conoce bajo la denominación de “alucinaciones hipnopómpicas o hipnagógicas”, o sea aquellas alucinaciones que se manifiestan en el momento de dormirnos o en el momento de despertarnos. Está de más decir que una alucinación no produce heridas.

De la misma manera que el llamado Síndrome de Memoria Falsa, del que hablaremos mas con detenimiento, tampoco produce esta sintomatología.

Muchos investigadores han propugnado la explicación a través de fenómenos paranormales y parapsicológicos, en este caso específico los fenómenos llamados de Ideoplastía, o sea aquella fenomenología encuadrada dentro de los Fenómenos Parafísicos, o sea cuando la Potencialidad Psi (atributo de nuestra mente subconsciente) exterioriza una determinada “energía” que es capaz de plasmar una idea a distancia, de ahí el nombre de Ideoplastía, plasmación de una idea a través de Psi. ¿Cómo se produce esto? De la persona dotada surge una sustancia denominada en Parapsicología como Ectoplasma, que es orgánica, de consistencia vaporosa, filofluídica, que emana de los orificios de la nariz y boca del médium, y se manifiesta únicamente en presencia de éste. El fenómeno fue muy común en el siglo pasado, durante el período de auge del espiritismo. La “fantasmogénesis” tal como se denomina, lejos de ser un espíritu o un “alma en pena”, es producido, como dijimos anteriormente, por el médium, que en ese momento se encuentra en un estado modificado de conciencia (emitiendo ondas alfa o theta), ésta emisión vaporosa toma, a veces, figura antropomórfica (forma humana) y suele confundir a los testigos.

Este fenómeno tampoco responde a la sintomatología.

En esta introducción, es nuestro propósito delinear sintéticamente la estructura de estas experiencias.

Creemos firmemente en la conveniencia de un intercambio de información entre todos los investigadores abocados a esta temática, para poder abordar los nuevos casos que surjan desde un conocimiento superior, lo que nos permitirá abarcar mas fácilmente la fenomenología y compararlos con la casuística mundial con el objetivo de encontrar pautas afines.

La historia contemporánea de las abducciones comienza con el popular caso de Barney y Betty Hill ocurrido en 1961; es el prototipo de lo que estudiamos en hechos recientes, por la característica del secuestro, la tipología de los seres y la actitud manipuladora de éstos con referencia al humano.

Ocurrió exactamente el 19 de Septiembre, en las cercanías de Portsmouth, Estado de New Hampshire, EEUU. El matrimonio Hill regresaba de unas vacaciones pasadas en Canadá. Alrededor de las 10 de la noche ambos observaban dos extrañas luces en el cielo, por los que Barney decide parar el automóvil y estacionarlo en la banquina para poder observar mejor aquella extraña luminosidad. Betty, que dicho sea de paso, había leído recientemente el libro del Mayor de la Fuerza Aérea Norteamericana Donald Keyhoe: “La conspiración de los platos voladores”, determinó inmediatamente que aquello que ellos estaban observando era ni más ni menos que dos platos voladores como los descriptos en el libro mencionado.

Las luces comenzaron a bailotear sobre ellos, acercándose a pocas decenas de metros del matrimonio Hill, éstos en un momento deciden reanudar el viaje aunque se sienten como somnolientos, pese a eso emprenden la marcha.

Al llegar a su casa se dan cuenta que tienen “tiempo perdido”, o sea momentos que no recuerdan lo sucedido, desde esa noche Betty comienza a tener pesadillas, en las que ella forcejea con pequeños seres de ojos rasgados, que intentan dominarla a ella y a su marido para introducirlos a una nave circular.

Años después, habiéndose sometido bajo la conducción del psiquiatra B. Simon a análisis bajo hipnosis regresiva, los Hill comenzaron a recordar esos momentos perdidos de su experiencia.

Podemos leer en el libro de J. Fuller: “Un viaje interrumpido”, el testimonio de Barney donde relata que los seres los habían bajado del auto y que él estaba muy asustado, pero a la vez extrañamente relajado. A su vez, Betty hablaba de exámenes médicos practicados sobre ella por estos extraños seres, que habían procedido a clavarle una larga aguja en su ombligo.

Veremos mas adelante que distintos aspectos de este caso, como ser el adormecimiento, el tiempo perdido, los extraños seres de grandes ojos y sus molestos exámenes físicos, son moneda corriente en estas experiencias.

Habiendo llegado a este punto del capítulo, se hace necesario describir la secuencia de hechos comunes en una abducción o experiencia de dormitorio, y el aspecto de las entidades surgidas de estudios estadísticos realizados por distintas organizaciones investigativas.

  1. Generalmente la experiencia comienza en zonas apartadas, casas rurales o vehículos en rutas poco transitadas (veremos que esta tendencia ha disminuido en beneficio de las experiencias ciudadanas), donde una o varias luces de procedencia desconocida mueven el interés del testigo que a pesar del temor, extrañamente se halla tranquilo, relajado, como si esa luminosidad produjera en él un estado hipnótico o modificado de conciencia (a esto el investigador J. Vallee lo denomina “sistema de control ovni”). Tal vez sea lo último que el testigo recuerde conscientemente hasta el momento que despierta una vez concluida la experiencia, quedando con un “tiempo perdido” imposible de llenar. Se han dado casos en que el protagonista “siente” que algo le va a ocurrir, sin embargo se aparta del camino habitual o transita por veredas desconocidas, como si fuera guiado por esta inteligencia en forma subconsciente. ¿Forma parte de este sistema de control? No es nuestra intención hablar de los llamados “contactos telepáticos”, ya que excedería las posibilidades de espacio en esta obra, sólo diremos que es un campo fascinante de estudio, el “contactado” escucha una voz interior que le indica un lugar y una hora específica para realizar el contacto tan esperado; hemos comprobado personalmente la veracidad de estos casos donde en el momento y en el lugar indicado se presenta el ovni de manera precisa. Generalmente esta “voz” también transmite al humano enseñanzas, no solamente morales o espirituales, sino de un contenido científico excepcional.

  2. Uno o varios seres lo bajan de su vehículo o de su dormitorio (después nos referiremos a esta variante), y a través de un haz de luz sólida lo introducen dentro de un recinto (habitación, nave, caverna, etc.) de forma circular y techo abovedado o en forma de domo.

  3. Dentro de este lugar es acomodado en un sillón o puesto sobre una camilla angosta y extremadamente fría como el resto de la estancia, acto seguido se le realiza un exhaustivo examen físico a través de elementos que surgen de las paredes o del techo. Todo el interior del recinto, como así los instrumentos, se describen de un monótono color gris.

  4. Este análisis incluye generalmente el uso de largas agujas, sondas, tubos succionadores de fluidos y en algunos casos implantes de pequeños elementos debajo de la piel, similares a pequeñas esferas o perdigones colocadas en la nariz, nuca o extremidades. En muchas oportunidades quedan cicatrices, heridas y marcas. Si el secuestrado es mujer, incluyen relatos de exámenes ginecológicos e inseminaciones. El testigo se siente violado física y mentalmente.

  5. Se le hace saber al testigo que ha sido seleccionado desde niño y que se encontrarán en varias oportunidades.

  6. El testigo es abandonado en las proximidades del lugar de captura.

  7. Generalmente sufre pesadillas, problemas psíquicos y secuelas físicas. En algunos casos escuchan una especie de acople en un oído que identifican con la señal de sus secuestradores.

Con respecto a los seres, si bien no existe una uniformidad, la tendencia de los últimos años nos indica su baja estatura, entre 0,80 y 1,20 metros; macrocéfalos, enormes ojos, delgados en extremos, brazos largos terminados en cuatro dedos, no hay comunicación verbal (se presume telepática), el color de su piel es gris o gris-verde.

Dentro de la habitación (o nave) descripta, suele verse un ser similar pero más alto que los testigos identifican como el líder. Extrañamente la mayoría de los protagonistas afirman conocer a este ser alto, como si lo hubieran visto en anteriores oportunidades. Con respecto a este “ser” hay algo sumamente curioso, muchos de los testigos afirman que se trata de una hembra, aunque no haya ningún rasgo físico que los demuestre. En la precaria comunicación que se establece con estos seres, el humano “siente” a ese ser en forma femenina; Este es un dato muy interesante que nos ha llevado a reflexionar sobre algunos items importantes que veremos cuando expongamos nuestras teorías sobre la naturaleza de estos “aliens”.

La variante “visitante de dormitorio” cumple además con las siguientes pautas:

  1. El testigo, solo o con su pareja, estando en su propia habitación, nota problemas con los aparatos eléctricos, que se apagan o encienden aparentemente con voluntad propia. Pueden producirse destellos de luz o la aparición de pequeñas esferas luminosas de colores variados y brillantes.

  2. No siempre su pareja despierta a pesar de los esfuerzos para que así sea que procura el protagonista.

  3. A veces se producen como explosiones alrededor de la cama. El testigo se siente invadido por una luz azul.

  4. El protagonista comienza a sentir rigidez muscular, no puede moverse, salvo los ojos. También un sonido persistente que ensordece le anula el oído derecho.

  5. Una o varias figuras fosforescentes aparecen a veces atravesando las paredes.

  6. El testigo esta aterrado y nota la cara del ser a pocos centímetros de la suya. En ese momento el protagonista se tranquiliza, siente como que conoce al ser desde su infancia.

  7. Comienza la introducción de sondas, la extracción de sangre, esperma, tejido, punciones en los ovarios o a través del ombligo en el caso en el que el protagonista sea una mujer.

  8. Terminada la experiencia, el ser desaparece (generalmente) a través de la pared, no sin antes hacerle “ver” al humano, imágenes de tono apocalíptico o de una tierra yerma y sin vida. El testigo comienza a recobrar el dominio de sus músculos.

  9. Al terminar la experiencia, el protagonista esta extenuado y nuevamente atemorizado. En el caso de existir animales viviendo en la propiedad, éstos están como atontados durante la experiencia.

Puede resultar llamativo, o acaso parecer una “locura” el hecho de la salida de escena de estos seres atravesando materia sólida, algo parecido al fenómeno cuántico denominado “efecto túnel” o lo que en Parapsicología Científica se llama fenómeno de “aporte”, o sea la desmaterialización de un objeto y su posterior materialización en otro lugar (muy común en los casos de Poltergeist o Psicoquinesis Espontánea Recurrente); sin embargo en el momento de escribir estas líneas, se difunde la noticia que físicos norteamericanos han logrado desmaterializar partículas y materializarlas en otro lugar del laboratorio, algo así como el “transportador del Enterprise” de la popular serie de televisión “Star Trek”. Si esto es así, se han dado los primeros pasos para dominar esta tecnología que exhiben habitualmente los visitantes.

Una pregunta típica que se nos hace después de una conferencia sobre el tema, es si el testigo recuerda la experiencia. Budd Hopkins, un escultor e investigador americano del que hablaremos bastante, dividen los recuerdos del testigo en cuatro categorías definidas:

  1. El testigo recuerda su experiencia conscientemente. La mayoría de nuestros casos que discutiremos mas adelante, están en esta categoría.

  2. El protagonista recuerda la llegada del objeto y sus ocupantes, tiene tiempo perdido. Por ejemplo el caso Hill, visto anteriormente.

  3. El testigo tiene recuerdos pero que él interpreta como sueños.

  4. Solo tiene tiempo perdido.

Como se puede inferir, la dificultad del investigador para detectar casos es notoria debido a que sólo un pequeño porcentaje de protagonistas recuerdan lo suficiente conscientemente.

A tal efecto, el gobierno de EEUU, proveyó en 1982 de U$D 300.000 a los investigadores A. Clamar y al nombrado B. Hopkins para realizar un estudio psicológico de algunos abducidos y buscar pautas afines. Diez años después, en 1992, un grupo particular de investigadores, entre los que estaba el mencionado Hopkins, encargó a la prestigiosa empresa Roper, la realización de una encuesta a nivel nacional para detectar a potenciales abducidos; En el capítulo correspondiente, volveremos sobre esta encuesta.

Para finalizar esta introducción, queremos tocar dos puntos importantes:

El primero de ellos está referido a la salud mental de los protagonistas. En EEUU, se pudo estandarizar para estos estudios una batería de test básica, como ser: Roschach, el Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota, la Escala de Inteligencia Adulta de Weshsler, la Prueba de Percepción Temática y un test proyectivo de dibujo. De los estudios surge que no se han encontrado trastornos mentales importantes, aunque fue común encontrar cierto grado, en todos ellos de desconfianza y poca autoestima.

Muchos protagonistas presentaban Síndrome de Estrés Post Traumático, similar al de los soldados cuando vuelven del frente de batalla. De acuerdo a criterios standard, no se puede sufrir de este síndrome sin que haya habido una experiencia real.

Como segundo punto importante, queremos referirnos al tema de las cicatrices, marcas e implantes. En Parapsicología conocemos los fenómenos Parasomáticos de los Estigmas, Llagas y Ulceraciones, tan comunes en delirios de tipo místico y en otros casos de Histerias de Conversión. Sin embargo el análisis de estas marcas demuestra que se realizan siempre en lugares específicos, y a veces el protagonista no sabe que las tiene.

En Argentina no poseemos casos donde se hayan detectado implantes; no quiere decir que no existan, tal vez se deba a nuestra convicción de no asustar al testigo diciéndole que puede tener un cuerpo extraño dentro de su organismo. Es un tema de ética y conciencia.

Sin embargo en EEUU, gracias a los esfuerzos del Dr. David Jacobs, fue posible recuperar de tres abducidos que argumentaban haber sido implantados, pequeños elementos en lugares donde ellos habían manifestado tener esos implantes; estos elementos fueron analizados por el Dr. David Pitchard del MIT, demostrándose que era material biológico, no pudiendo demostrarse fehacientemente un origen artificial. Desde ya, llama la atención la correlación entre el relato de los protagonistas y lo que se obtuvo.

Recientemente se ha dado a conocer la extracción de nuevos implantes de personas abducidas, tal el caso de Richard Price, que a la edad de 8 años fue raptado en las cercanías del Cementerio de Nueva York, en 1981 el objeto salió espontáneamente de su cuerpo y en estos momentos está siendo analizado con la más moderna tecnología.

De todas maneras es nuestra intención circunscribirnos a los casos nacionales, más aún a aquellos que hemos podido investigar de primera mano e inclusive en exclusividad. Esto es fundamental en investigación porque evita el fenómeno de acondicionamiento.

Nuestra ciudad, Buenos Aires, no ha sido inmune a estas experiencias.

Creemos firmemente que en todo el país se han producido casos similares, es nuestra intención con esta obra, crear una conciencia de investigación no solamente pensando en el ufólogo profesional, sino en el público en general y especialmente en aquellas personas que han sido “visitadas” o abducidas, para que puedan reflexionar sobre lo que les ha pasado, para incorporarlo conscientemente a sus vidas y para poder ayudar a otras personas que lo han sufrido y no pueden aceptarlo.

  
CAPITULO 2

¿DE DONDE PROCEDEN?

 Antes de comenzar con el relato de los distintos casos y el análisis de los mismos, creemos conveniente exponer al lector las variadas hipótesis (las principales) que manejan los investigadores con respecto a la posible procedencia del fenómeno ovni y sus tripulantes.

No podríamos asegurar que el fenómeno tenga un solo origen, de todas maneras la certeza en esta cuestión escapa a nuestro conocimiento o al de cualquier investigador.

No creemos en la existencia de verdades reveladas, de gurúes que aseguren que los ovnis provengan de tal o cual lugar o planeta, preferimos manejarnos con tendencias e hipótesis de trabajo.

¿Cuáles son estas tendencias?, ¿Cuáles las más factibles?

Básicamente, podemos enumerar las siguientes:

1.- Viajeros del espacio interplanetario.

2.- Viajeros de otras dimensiones.

3.- Viajeros del tiempo.

4.- Habitantes del interior de la Tierra.

5.- Ovni, arma secreta.

Con alguna de estas hipótesis estamos de acuerdo y con otras no.

Nuestra opinión personal, y la de algunos amigos, son las siguientes:

  1. Viajeros espaciales: Es la más tradicional, difundida y adoptada por la mayoría de estudiosos, de hecho vivimos en un pequeño planeta, de tamaño insignificante, que gira alrededor de una estrella enana de mediana categoría en un “barrio periférico” de la Vía Láctea, nuestra Galaxia, a 30.000 años luz de su centro geográfico. Sin embargo, de acuerdo a la casuística ovni de los últimos cincuenta años, estamos siendo visitados por infinidad de civilizaciones que llegan hasta nuestro reducto con oscuros fines. Aceptemos por unos momentos la hipótesis de viajeros interestelares como explicación del fenómeno ovni. De acuerdo a lo observado, parece que nuestro planeta fuera el balneario, la granja, el yacimiento, o todo a la vez, en el que los E.T. tienen cosas para hacer. Cuando el ufólogo brasileño Pereira elaboró su cuadro de tipologías de extraterrestres con varios tipos y subtipos, creímos que ya no tendríamos sorpresas con respecto a los seres, pobres ilusos de nosotros..., ni hablar de los tipos de naves porque entonces ni juntando las diez fábricas de automóviles más importantes en el mundo igualaríamos la cantidad de modelos. Aunque consideremos solamente un porcentaje pequeño de casos como auténticos, la Tierra lo mismo parecería como un enorme hormiguero espacial donde ovnis de todo tipo y tamaño, estarían entrando y saliendo de manera continua. Todo esto que digo es obvio para los ufólogos de hoy, sabemos positivamente que no estamos diciendo, ni poniendo en consideración algo nuevo, pero ¿Qué pasaba a principios de los años 50 con los científicos de avanzada y la búsqueda de vida extraterrestre? Recordemos que en esa época todavía no había ovnílogos profesionales, lo que traía en consecuencia que la mayoría de los científicos aún no hubieran desarrollado esa “alergia” hacia el investigador de esta temática y que les incita a negar todo por miedo a vaya a saber qué. Después de la Segunda Guerra Mundial, estaba en la mente de algunos científicos el deseo de comenzar a conquistar el espacio en un esfuerzo mancomunado entre todas las naciones, básicamente animados por los primeros éxitos en cohetería y por la capacidad de poder liberar enormes cantidades de energía, a través del poder nuclear y sus derivados. Todo esto llevó a considerar que la conquista espacial era la legítima sucesora de otro tipo de conquista heroica. Con idéntico razonamiento se pensó, de manera muy racional, que otras civilizaciones más antiguas que las terrestres podrían haber pensado de la misma manera y aventurándose a la conquista de la galaxia en enormes naves-planetas totalmente autónomas de su planeta de origen, habrían ocupado ya posiciones en toda la Vía Láctea. Se había hecho el cálculo conservador que serían necesarios solamente diez millones de años para colonizar totalmente la galaxia, si tomamos en consideración los diez o doce mil millones de años de vida de la misma, la cifra calculada era una “bagatela”. Uno de los científicos que más se entusiasmó con esta idea fue nada menos que Enrico Fermi, padre de la física nuclear. En un histórico almuerzo en el Laboratorio Nuclear de Los Álamos, en 1950, en compañía de los físicos E. Teller, H. York y E. Koropinsski, don Enrico elaboró su famosa pregunta: ¿Dónde están todos? Casi cincuenta años después todavía no podemos responderla. Desde el lejano 1950, esto se conoce como la Paradoja de Fermi. Una de las soluciones de la paradoja (aunque no la única) dice que la “ausencia de evidencia de extraterrestres en la Tierra, es evidencia de la ausencia”. Muchos científicos prefieren creer que la “ausencia no es evidencia de la no existencia”. Un derivado de esto último son los proyectos OZMA, SETI, CETI, entre los cuales la Argentina ha tenido un papel destacado. Una ecuación muy manejada y manoseada por ufólogos y defensores de la exobiología es aquella elaborada por Frank Drake (y no por Carl Sagán) y cuyo resultado es que puede haber hasta un millón de civilizaciones tecnológicamente avanzadas en la galaxia. Un cálculo más reciente y conservador sitúa esa cifra en mil civilizaciones avanzadas con las cuales podríamos comunicarnos hoy. Pero ahora podríamos preguntarnos cuáles son las vertientes filosófico científicas derivadas de la Paradoja de Fermi. Básicamente tres:

  1. La primera es sustentada por F: Drake y que para nosotros nos parece emanada de un economista y no de un astrofísico, Drake dice en resumen, que aunque una civilización fuera capaz de realizar naves que desarrollaran velocidades de hasta un 5% de la velocidad de la luz, sería mucho más conveniente y “económico” realizar sus investigaciones y comunicaciones a través de ondas de radio. Por supuesto, el instrumento a utilizar sería el conocido radio-telescopio; como ejemplo diremos que el de Arecibo en Puerto Rico (305 metros de diámetro), es capaz de “oír” señales inteligentes que provengan del otro lado de la Vía Láctea.

  2. La colonización se está llevando a cabo en estos momentos pero de manera muy lenta. Esto fue principalmente sustentado por el conocido y lamentablemente desaparecido Doctor Carl Sagán, de la Universidad de Cornell.

  3. Los ET ya están en nuestro sistema hace mucho tiempo pero somos algo así como un parque nacional o “reserva animal” que hay que preservar en estado general. Otra vertiente de esta línea dice que tal vez los ET estén esperando ver si sobrepasamos esta etapa tecnológica, auto destructiva, para finalmente mostrarse y proponernos la inclusión en la Confederación Galáctica.

 

2 – Viajeros de otras dimensiones: Solemos encontrar en la investigación ovni una pauta de alto grado de extrañeza, que, como otras tantas del fenómeno nos dejan con muy pocas alternativas de explicación: Un objeto, observado de muy cerca, que luego de evolucionar desaparece literalmente de la vista del testigo. No sale a gran velocidad, sino simplemente se esfuma o desaparece como tragado por un buzón invisible. Esta extraña maniobra es obviada con mucha facilidad por los investigadores, anunciando que el ovni pasó a otra dimensión, recurso muy utilizado por los escritores de ciencia-ficción que se ha convertido en lugar común desde comienzo de siglo. Pero, qué otra dimensión, que por supuesto no sea ninguna de las tres conocidas y visibles en nuestro universo. Además, ¿Puede esto ser posible? ¿Qué posibilidades existen de realizar viajes interdimensionales? Albert Einstein introdujo un nuevo concepto al anunciar su elegante Teoría de la Relatividad, el del conjunto espacio-tiempo, y lo que es más importante, la gravedad deja de ser una fuerza que tironea de los cuerpos, para convertirse en un campo de distorsión geométrica. Así Einstein reducía la gravedad a pura geometría.

Desde ese momento los físicos tomaron el tiempo como la cuarta dimensión que acompaña a las tres dimensiones espaciales. Hoy para citar a un amigo le damos longitud y latitud (dos calles) y altura (piso), pero no nos olvidamos de la fecha y la hora, es decir el tiempo, esto significa que el universo de nuestras percepciones es claramente cuatridimensional.

¿Pero de donde surge la idea de una quinta dimensión espacial?

Einstein soñó siempre en construir una teoría en la que todas las fuerzas se fundieran en un esquema descriptivo basado en la geometría pura, esto es por supuesto el origen de las GRANDES TEORÍAS DE UNIFICACIÓN o GTU, que hoy siguen intentando los más eminentes físicos.

Y curiosamente a través de otro físico aparece el primer intento de unificación en 1921.

En aquella época sólo se conocían como fuerzas la gravedad y el electromagnetismo, que no daba la impresión de parecerse en absoluto a la gravedad y que había recibido una perfecta descripción, varias décadas antes, por parte de Maxwell.

Theodor Kaluza, físico polaco, propone entonces un nuevo y audaz enfoque. Inspirándose en la capacidad de la geometría para describir la gravitación se propuso extender el trabajo de Einstein para incluir el electromagnetismo en la formulación geométrica de la Teoría de Campo. De ninguna manera quiso alterar las ecuaciones de Maxwell.

Kaluza mostró que el electromagnetismo es en realidad una forma de gravedad, pero no la conocida, sino la gravedad de una dimensión desconocida del espacio. Una dimensión invisible.

Su formulación era brillante, ampliando nuestra visión del Universo a cinco dimensiones, entonces no hay más que un solo campo de fuerza, la gravedad.

Bien, ese fue el nacimiento de la teoría de la quinta dimensión, sólo para unificar la física a través de la Teoría de Campo.

Pero el defecto que la teoría adolecía no permitía comprobación: ¿Dónde está esa quinta dimensión, en realidad, la cuarta espacial?

En 1926 el físico sueco Oscar Klein, encontró la respuesta, también tan simple y brillante como la teoría de Kaluza. Según Klein, no podemos percibir la nueva dimensión pues se encuentra “enrollada” hasta alcanzar un tamaño minúsculo. Para Klein cualquier punto en el espacio tridimensional es en realidad un pequeño círculo en la cuarta dimensión.

Esto significa, siempre según la teoría, que desde cada punto del espacio parte un pequeño bucle o rollo en una dirección que no es ni arriba, ni abajo, ni a los costados, ni ninguna otra en el espacio.

Para nosotros, los observadores, es imposible ver esa dimensión ya que por los detalles de la teoría no se encuentra en el espacio, además no existen problemas con las órbitas estables ni la propagación de ondas, como la luz, ya que la materia y las ondas no pueden moverse ni penetrar en la quinta dimensión. Puede estar aquí, al menos matemáticamente por la gran imaginación y creatividad de un físico, pero no se puede ir muy lejos en ella. Y por supuesto, según la misma teoría que explica esta otra dimensión espacial, no hay ninguna posibilidad de acortar el viaje espacial utilizando la teoría de Kaluza-Klein ya que ninguna materia, ni onda, ni partícula podría penetrarla. ¿Por qué? Klein consiguió calcular la circunferencia de los bucles en la quinta dimensión a partir de los valores conocidos. Resultó ser de 10-32 cm., aproximadamente un uno seguido de veinte ceros menos que el tamaño de un núcleo atómico. Esto corresponde a una magnitud mucho menor que cualquier estructura percibida hasta la fecha, incluso en la física de partículas subnucleares. No es posible que un átomo se mueva en la quinta dimensión. Más bien, debemos pensar en la nueva dimensión como algo que se halla dentro del átomo.

¿Deben seguir los investigadores ovni emitiendo un juicio a las claras erróneo?

Además, con el tiempo se siguió ampliando esta teoría hasta alcanzar la increíble cifra de un universo de 11 dimensiones, por supuesto con 7 de ellas enrolladas dentro del átomo.

Que implica todo esto bajo un análisis estricto.

Que el ovni en cuestión debería reducir cada uno de los átomos componentes, así como también los de sus tripulantes millones de veces menos que sus propios núcleos para ir... a ninguna parte, por lo menos en el universo conocido. Por otra parte, si esos mismos seres y sus naves hipotéticamente pertenecieran a un universo multidimensional, al entrar en nuestro espacio de solo 3 dimensiones ¿Qué hacen con sus dimensiones físicas sobrantes?

Piensen solamente si se nos obligara a cualquiera de nosotros a tomar dos dimensiones. ¿Sobreviviríamos a ser aplanados?

Desde nuestro punto de vista, esta referencia sobre el viaje interdimensional o sobre seres pertenecientes a dimensiones superiores, deberían dejarse de lado por la búsqueda de explicaciones o en su defecto hipótesis más adecuadas.

Hoy sin embargo, investigadores como Ann Druffel, y los creadores del controvertido Informe Matrix, insisten con esta teoría absurda.

3 – Viajeros temporales:

Para exponer esta hipótesis hemos tomado el trabajo de la investigadora Ruth Gerstel (creadora del primer diccionario de ovnilogía argentino), presentado en el 12do. Segundo Congreso Nacional de Ovnilogía, en 1991, en San Lorenzo, Provincia de Santa Fe, a continuación algunos párrafos del mismo:

“Cuando Julio Verne escribió De la Tierra a la Luna, Viaje alrededor de la Luna y Veinte mil leguas de Viaje Submarino, para sólo nombrar algunas de sus famosas obras. ¿Quién podía siquiera imaginar que en apenas un siglo sus fantásticas visiones se transformarían en realidad? El mismo vale para la novela de H.G. Wells, La máquina del Tiempo. Pues, de esto precisamente se va a tratar aquí.

Sin ningún lugar a duda hace falta una buena porción de imaginación para teorías tan audaces. Pero sabemos perfectamente bien que sin imaginación, ningún invento, ningún descubrimiento hubiera sido posible en la historia de la humanidad.

Entre las múltiples teorías sobre la procedencia de los ovni, hay una que tiene visos tal vez más fantásticos que todas las que se han propuesto a lo largo de casi medio siglo y que, por lo fascinante, me he decidido analizar en esta oportunidad: ¿No será que la inteligencia que indudablemente se encuentra detrás de esos artefactos misteriosos que nos visitan, provenga de nuestro propio planeta, aunque sin formar parte de nuestra así llamada “civilización”?

Esto quiere decir, que podría tratarse de nuestros propios descendientes, seres del futuro, quienes transpondrían la dimensión del tiempo, viajando a “su” pasado, para conocer o estudiar lo que para ellos quizás sería una “civilización antigua”, o sea, a sus antepasados.

Cabe entonces la pregunta: ¿cómo es que, a pesar de su apariencia humanoide, de acuerdo a las frecuentes descripciones de supuestos testigos de encuentros cercanos del tercer tipo, esos seres son de tan variada morfología y tan diferentes a nosotros? Pregunta, cuya respuesta en nuestro tiempo tiene su lógica.

Quiero sin embargo, hacer notar, que aquí no se trata de afirmar nada, sino únicamente de analizar una teoría más sobre el tema ovni, sin desechar ninguna de las otras teorías existentes y por existir.

En la presente era, se están dando grandes cambios climáticos en nuestro planeta. La atmósfera esta contaminada por el propio hombre, ese ser “civilizado” que habita la Tierra, provocando la destrucción de la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioletas aumentando gradualmente la temperatura, lo que a su vez produce deshielos e inundaciones, sin olvidar la tala de bosques enteros y otros desastres, que con el tiempo habrá de transformar la conformación biológica de todo el planeta. Así, con el correr del tiempo, la vida humana, animal, como también la vegetal podría sufrir grandes mutaciones. No sería de extrañar entonces, que nuestros descendientes del futuro puedan llegar a ser muy distintos a nosotros, sin dejar de tener por ello una morfología humanoide.”

Por razones de espacio, no podemos transcribir completa la exposición de Ruth, podemos decir a favor de esta teoría que en física no hay nada que impida (en teoría) el viaje temporal, aunque hasta este momento no podamos solucionar la cuestión de las paradojas: ¿Qué pasaría si vuelvo en el tiempo y mato a mi tatarabuelo? ¿Estoy alterando la historia? ¿Qué pasaría con nuestro presente?

Hay distintas teorías que explican estas cuestiones fundamentales, lamentablemente desarrollarlas nos llevaría (sí tuviéramos el conocimiento necesario) varios tomos.

4 – Civilizaciones subterráneas:

Agharti, Shambhala, Erks, Akakor; son nombres de ciudades míticas, subterráneas, donde el Rey del Mundo, Ridgen Jeypo y los 9 desconocidos (poseedores de la Sabiduría Universal), dirigen los destinos del mundo. Se dice que los sobrevivientes del 3er Reich alemán están instalados en un reino subterráneo cercano a la Antártida, llamado Nueva Suabia, donde incluso Adolf Hitler habría terminado su vejez.

¿Pura fantasía? No tanto como puede creer el lector.

Se sabe perfectamente, gracias al trabajo de los espeleólogos, que existen enormes cavernas debajo de la superficie de nuestro planeta, de la misma manera, la tradición y la mitología de numerosos pueblos hablan de estos seres que vigilan al mundo.

Cuando hablamos de reinos subterráneos y más aún, de la Tierra hueca, no podemos dejar de nombrar al investigador, escritor y poeta Hector Picco, creador de ese libro “clásico” por nuestros lares, llamado “Las pruebas materiales de la Tierra hueca”. En él, Hector expone con claridad las distintas “realidades” que construyen su visión del fenómeno, en una forma clara y concisa. Es imposible condensar en pocas palabras este pensamiento, recomendamos al lector interesado en esta vertiente, conseguir sin falta esta obra.

5 – Ovni, arma secreta.

Javier Stagnaro, es además de ufólogo, profundo conocedor de las sociedades secretas y un cabal investigador en lo referente a armamento secreto, aquellos que surgen de “presupuestos negros”, indetectables para la población en general e incluso para los servicios secretos que operan internacionalmente. De la misma manera, Stagnaro ha acumulado gran cantidad de información (de primera calidad) sobre las últimas armas desarrolladas por el Tercer Reich Alemán, incluyendo “platillos voladores” desarrollados hacia el final de la guerra, como la denominada arma de represalia Número 7 (Vergeltungswaffe Sieben), construido por el capitán Richard Miethe en Breslau.

Desde aquellas épocas, estas naves, en poder de los aliados (incluso de nazis sobrevivientes), han ido evolucionando sin pausa hasta estos días. Lejos de promover un origen extraterrestre, Javier nos indica su procedencia humana.

En su codiciado boletín de circulación restringida a investigadores, “Ufo, armas secretas”, Stagnaro nos dice lo siguiente:

“Este informe está destinado a poner en conocimiento del público en general, y de los ufólogos aficionados, ciertos avances tecnológicos en aeronáutica, que suelen utilizar organismos tanto civiles como militares para la investigación aeroespacial, o bien como instrumentos de espionaje o armas de represalia. Muchos de ellos, pueden ser confundidos con ovnis o “platos voladores” de presumible origen “extraterrestre”. Los servicios secretos de diversos países, incluido el nuestro, utilizan estos artilugios y encubren sus experimentos amparándose muchas veces, no sólo en la ignorancia de la población civil, sino también bajo la superchería de un posible “enemigo o intruso extraterrestre”, que les sirve de excelente cobertura para despistar sobre las maniobras ultrasecretas de prototipos de avanzada””.

 

El lector puede considerar que todas estas teorías se contraponen, sin embargo, los que estamos hace muchos años investigando estos temas nos hemos dado cuenta que no podemos prescindir de ninguna.

Dijimos al principio del capítulo que tampoco tenemos la seguridad que el fenómeno tenga solamente un origen. Tenemos la certeza que existen ovnis terrestres, como dice Stagnaro; que existen bases subterráneas como ejemplifica Picco; también tenemos aquellos seres que no son humanos. El fenómeno ovni es un rompecabezas difícil de resolver. Sin embargo es un fenómeno físico, real, que deja huellas, que puede ser fotografiado y filmado, que deja radioactividad y micro ondas. También incontables testigos humanos que han tenido escalofriantes encuentros con los tripulantes de estos ovnis. Y este es el tema de nuestro próximo capítulo.

 

CAPITULO 3: 
VISITANTES EN DEVOTO

 No es una novedad afirmar que el espectro en que se dividen los estudios ufológicos es cada vez mayor, y que día a día ganan en complejidad. Tanto es así que los investigadores han tenido que ampliar su horizonte intelectual y nutrirse a través del aporte de distintas disciplinas, que hoy parecen imprescindibles cuando queremos abarcar el estudio sistemático del fenómeno ovni.

Hoy asistimos al hecho de contemplar nuevos “fenómenos dentro del fenómeno”. Sin duda, los llamados visitantes de dormitorio son una muestra de ello, donde a pesar de no haber ovni asociado (no siempre ocurre así), pertenecen sin duda a la pléyade de los estudios que abarca la moderna ufología.

En el capítulo 1, nos hemos referido a estos extraños visitantes que por las noches se introducen en las habitaciones de sorprendidos y aterrorizados testigos.

Por casualidad o por causalidad de estar trabajando, durante varios años en el barrio de Villa Devoto (Capital Federal, República Argentina), hemos tenido la suerte de encontrarnos con una docena de casos que en un primer momento creímos desconectados entre sí, y en los que ahora hemos encontrado coincidencias. Sin duda las más sorprendentes son la sincronización en espacio y tiempo; todos estos casos ocurren en un radio de 10 cuadras y en el término de un año.

Por otra parte, en esa época, tuvimos una treintena de denuncias de avistamientos ovni en la zona, desde la clásica “polvera” hasta un ovni en forma de “heladera” volando a 20 metros de altura en la zona de las calles Nogoyá y Sanabria.

¿Cómo podemos interpretar estos casos? Y lo más importante: ¿Cómo explicarlos?

La labor del investigador está dictada por la recolección de datos, la interpretación de éstos, y por último la emisión de un informe con las conclusiones pertinentes que aclaren el caso o lo declaren “sin identificar, por datos insuficientes”.

Sería fácil y torpe por parte nuestra, y de cualquier investigador, declarar a todos los casos como “presencia extraterrestre” sin más trámite. De la misma manera consideramos que es incorrecto recurrir al principio de “economía de hipótesis” y asegurar que son casos de alucinaciones, recuerdo reprimidos, o simplemente elucubraciones de una mente enferma. Como discutiremos en otro capítulo, es necesario abrirnos a nuevas posibilidades, de una manera racional pero no dogmática. Es tan malo un creyente a ultranza como un refutador profesional. El camino de la investigación o del saber no pasa por los extremos.

Nuestro proyecto establece recopilar hechos, evidencias y establecer factores coincidentes que nos permitan emitir hipótesis de trabajo, que acertadas o equivocadas promuevan la discusión y su estudio en un nivel superior.

Vamos pues a referirnos a continuación a cinco de los casos más interesantes que nos ha tocado investigar en Devoto.

El caso María T:

María T. Despertó sobresaltada esa madrugada con el ruido de una puerta que se abría. Aterrorizada descubrió que no podía moverse, todos sus músculos estaban paralizados; tampoco podía gritar, ningún sonido salía de su garganta. Y con todas sus fuerzas deseaba correr y gritar, para alejar aquello que, amenazador, la observaba desde el costado izquierdo de su cama, demasiado cerca y demasiado consistente. Real.

Era una figura pequeña, como de 80 centímetros de altura, totalmente envuelto en una luz fosforescente verde brillante. A pesar del miedo y la parálisis, los ojos de María T. podían moverse y su mente estaba fresca y despierta. Pudo darse cuenta de que el ser, esa cosa, tenía una enorme cabeza, con grandes ojos oscuros que la ocupaban casi por completo.

El cuerpo era muy pequeño, podía ver sus pequeños brazos y sus manos, todo envuelto en el mismo brillo verde. Pero esas manos no tenían cinco dedos. Ese ser, esa cosa, no parecía ser humano.

En breves instantes, la criatura fosforescente se desplazo y desapareció, atravesando la ventana como una estela de luz fugaz que se desmaterializó. La ventana tenía baja las persianas y cerrados los vidrios, y además la protegían las rejas de hierro.

Este, no es el tema de un cuento fantástico, ni de una pesadilla, aunque así lo parezca. Esto está ocurriendo.

Los relatos se suceden en todo el mundo y también aquí en nuestro país. Este hecho que acabamos de exponer ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Villa Devoto, en el mes de Marzo de 1990. Tampoco es un caso aislado, ya que desde 1990 hasta mediados de 1992, tuvimos acceso a la investigación de los mencionados doce casos con las mismas características, que se registraron en la misma zona, en un radio de 10 cuadras.

Es llamativo el hecho que los protagonistas de estas “visitas nocturnas”, no se conocen entre sí, pero describen con total exactitud la misma experiencia, el mismo ser y, además, presentan en sus cuerpos, en algunos casos como única prueba física, las mismas marcas.

Pero vamos por partes. A nuestra mesa de trabajo, comenzaron a llegar desde el exterior investigaciones similares a partir de 1985.

En ese primer momento dimos poco crédito a estas experiencias, hasta que su sucesión se hizo mayor y comenzaron a generarse también en Argentina.

Las visitas suelen repetirse a lo largo de la vida del protagonista y entrando más en sus recuerdos, la primera experiencia se registra en la infancia.

Volvamos ahora al caso específico de María T. En ese momento, 1990, contaba con 54 años de edad. Una dama muy culta, María T., es odontóloga, desempeñándose como Jefa de Odontología de un importante instituto médico de Bs. As., siendo también concertista de piano y pintora.

Al concluir ese episodio con la desaparición de la figura luminosa, la habitación quedó a oscuras, recuperó el movimiento y vio a su perrita Belén, que a pesar de estar despierta, se le notaba atontada.

Consultada por la conducta posterior del animalito, que siempre dormía en la habitación con ella, nos comentó que siguió aletargada y se negaba a volver al lugar.

De todos modos, María T, intentó no dar más importancia a la vivencia y tratar de obviarla.

Sin embargo, unos meses después, en Septiembre de ese año 1990, la visita se repite. Esa noche siente que alguien la toca en el cuello y al abrir los ojos, vuelve a notar la rigidez paralizante que le impide mover un solo músculo. Al mismo tiempo escucha una voz emitiendo un sonido gutural inentendible.

A su lado, se encontraba el mismo ser fosforescente que gesticulaba emitiendo esos sonidos. Era todo luz y solo puede notar sus ojos negros enormes, con fulgores rojos y una boca lineal que al moverse atraviesa la parte inferior de ese rostro de un lado a otro. Sintió que la piel del ser era rugosa, áspera y caliente, y al tocarla, primero en el cuello y luego en el brazo, la quemó.

En cuestión de segundos, recupera el movimiento y control de su cuerpo. Cuando logra incorporarse, la criatura a su lado se desplaza frente a sus ojos, como levitando, sin tocar el suelo, desapareciendo por la ventana cerrada.

La dama en cuestión no puede volver a dormir, se levanta cuando el resplandor desaparece y allí, en su ventana descubre la prueba de su visita. En la cortina, había una notoria área de 80 centímetros quemada, mostrando un tono marrón tostado, casi en el centro de la ventana, sobre el paño derecho y a unos 50 centímetros del borde inferior de la tela, de color blanco.

En los días siguientes, un helecho que tenía sobre el televisor junto a la ventana, se fue secando, sin que quedara nada de él.

Pero, además, María T., notó a partir de ese momento, una marca detrás de su oreja derecha con apariencia de corte de 1 centímetro de largo, que permanece aún muy notable ya que no se tuesta al sol. Hasta el día de hoy permanece asustada y temerosa.

 

 Visitantes, experiencias en una familia.

 Una tarde febrero de 1992, un caballero se acercó a nuestro instituto para transmitirnos su experiencia.

Tenía 66 años en ese entonces, mostraba una actitud bondadosa, que se acentuaba con su cabello completamente blanco y una mirada profunda.

Damián Franco desciende de padres italianos igual que su esposa Rosa. Tienen tres hijos: Laura, Sebastián y Analía, todos casados.

Una noche de Enero, muy calurosa, despertó sobresaltado por un ruido; con asombro, vio que a los pies de su cama, brillaba una figura como de 80 centímetros de alto. Su cabeza muy grande, con ojos oscuros y enormes era lo más visible, ya que el intenso brillo que emitía no dejaba ver mucho más.

Se dijo asimismo que debía estar dormido, parpadeo y volvió a ver la figura luminosa que giraba y salía por la puerta del dormitorio desplazándose hacia el comedor de la vivienda.

A su lado en la cama, su esposa dormía profundamente.

Don Damián se levantó y corrió a la figura, o más bien, a la estela luminosa que atravesó la sala, y la habitación que ocupaban sus hijas cuando eran solteras.

Había desaparecido. Revisó el departamento pero todo estaba en orden y sin saber qué pensar sobre su experiencia, volvió a su cama y la dejó en suspenso.

Tal vez algún día se enteraría.

Aproximadamente 30 días después, en una noche de Febrero, despierta al escuchar su nombre. Allí estaba otra vez a los pies de su cama, la misma figura luminosa, destellando en colores violáceos su brillo inquietante y con sus ojos fijos en él.

Apenas pudo incorporar su cabeza, ya que estaba paralizado. Definitivamente comprendió que no era un sueño. Había algo allí y lo observaba; tenía brazos, flacos, pero definidos; un cuerpo muy chiquito, desproporcionado con respecto a su enorme cabeza. Esta vez no cerró los ojos y lo miró detenidamente.

No era humano, se parecía más a un insecto grande. No sentía miedo, sólo asombro ante algo tan inusitado como aquello que estaba viendo.

A los pocos segundos, la criatura giró y se desplazó, como la vez anterior, desapareciendo de su vista.

Esta última visita se había producido dos días antes de que Don Damián se acercara a nuestra casa. Ante lo reciente del hecho y habiendo investigado otros fenómenos similares en la misma zona, solicitamos ampliar nuestra investigación “in situ”.

Fue así que se nos permitió la entrada a la casa de los Franco, una familia que ostenta singularmente el calificativo de este apellido supuesto.

Y fue también el primer paso en el conocimiento de una serie de hechos de los que fuimos observadores privilegiados.

Entrevistamos a su hija mayor Laura, en ese entonces de 41 años, que nos comentó haber descubierto manchas de sangre en su cama, a la altura de su espalda, que también se evidenciaban en el camisón. Su esposo, recuerda haber despertado una madrugada, cuando una intensa luz azul entraba por la ventana inundando la habitación; Laura dormía profundamente y él, inexplicablemente, volvió a dormirse sin entender, al día presente, por qué no se levantó a investigar que pasaba, puesto que la ventana daba a su patio, de donde provenía la luz.

Cuando despertó, vio la espalda de su esposa con esas manchas de sangre y marcas como de rasguños en la piel.

Laura no tiene ningún recuerdo consciente de lo que pudo haber ocurrido, no sintió ningún dolor, aunque las marcas persistieron durante algún tiempo.

En esa época, vivía muy cerca de la casa de sus padres, en el mismo barrio.

Lo que siempre llamó su atención, es una cicatriz queloide que presenta en la pierna derecha de forma circular, que apareció sin ella saber cómo a sus treinta y dos años. La cicatriz tiene tres milímetros de diámetro. Los bordes son dentados, como si se hubiese practicado una extracción de tejido con un sacabocados.

Conociendo de dermatología, sabe que un queloide es la consecuencia de una cicatrización anómala luego de una incisión. Es casi imposible no recordar haberse producido una herida de éstas características en la zona en que se encuentra. Aunque resulta mucho más difícil que una incisión lo bastante profunda como para producir un queloide cicatrice de la noche a la mañana.

Ante los relatos y la existencia de las marcas en el cuerpo de Laura, interrogamos por separado a los dos miembros de este matrimonio en busca de otras pautas comunes de los visitados o abducidos por entidades extrañas.

Ambos recuerdan en su infancia una presencia extraña en el dormitorio. Despertar escuchando su nombre y ver luces en la habitación.

En los dos, se presenta un silbido en uno de los oídos que por unos segundos impide la audición.

Ambos han experimentado el mismo fenómeno endocrino, que consiste en grandes descargas de orina durante la noche, obligándolos a interrumpir su descanso entre siete y diez veces.

Encontramos además, un suceso curioso; la sangre de Laura difiere de la de sus padres.

Esto es, no tiene el grupo sanguíneo ni de su padre ni de su madre. Por supuesto, nos llamó la atención y agregó otros intereses en la tarea de investigación.

Reunidos todos los integrantes de la familia una tarde, recordaron un episodio vivido en el verano de 1966 y protagonizado por Analía, que en ese momento sólo tenía tres años de edad.

Vivían en una quinta en la zona oeste del Gran Buenos Aires, en ese tiempo. Laura y Analía ocupaban la habitación cuya ventana daba a la calle, breve jardín y cerca mediante. Enfrente, se extendía un cerrado bosque de una propiedad abandonada.

“Hacía mucho calor (cuenta Laura) y la ventana tenía levantada la persiana hasta la mitad y los vidrios abiertos. Me despertó Analía, que lloraba arrodillada en el silloncito debajo de la ventana”.

Inmediatamente, corrieron los padres a la habitación de las niñas, tratando de calmar a la más chiquita.

Analía, se había despertado como todas las noches sin sobresaltos, pero vio luces que entrando por la ventana se reflejaban en la pared.

-Eran rojas, amarillas y azules (recuerda Analía). Me fui a la ventana y me subí a mi silloncito para ver afuera. Había tres aparatos con forma circular, uno muy bajo, justo frente a la ventana, que emitía las luces dentro de la habitación. Los otros dos flotaban mas arriba, a la altura de las copas de los árboles. Las luces giraban y eran muy brillantes, los aparatos no hacían ruido. Me quede allí quieta mirándolos y de golpe desaparecieron. Entonces creo que me asusté y empecé a llorar y gritar”.

Nuestra amistad con la familia se ha hecho más fuerte en estos años, los hemos visitado a menudo y ahondado en sus experiencias.

Así, lentamente pudimos llegar a establecer que las visitas de ese extraño ser luminoso comenzaron para Don Damián a los cinco años.

Pero en apariencia, hubo otras que nuestro protagonista no recuerda.

Pudimos comprobar una mañana que su cama estaba manchada con lunares de sangre a la altura de las caderas.

Inmediatamente, recordamos que unos días antes otra de nuestras testigos, Hebe (su caso está expuesto en el próximo capítulo), aparecía con una clara marca en la cadera derecha.

Rosa, la señora esposa de Damián no había visto las manchas, que descubrimos nosotros antes que ella arreglara el dormitorio.

En septiembre de 1996, se presenta nuevamente el visitante, hasta ahora por última vez.

Esa noche, Damián tuvo claramente la imagen mental de un paisaje yermo, sin vida, que percibía mientras contemplaba a la criatura brillante.

El protagonista cree que fue un mensaje telepático enviado por el ser.

En el momento de escribir esta obra, una de sus nietas, Florencia, de 11 años, ha comenzado a tener este tipo de experiencias nocturnas y también de manera consciente.

La niña despertó una noche al sentir que alguien apretaba su brazo y le quitaba las sábanas que la cubrían. Con horror, vio que un “muñeco” de cabeza grande, sin pelo y ojos penetrantes, se encontraba junto a ella en su cama. La habitación estaba muy iluminada. Sólo cuando la luz se apago, se sintió libre y gritó.

El relato de Florencia, que nos fue referido por ella misma, sin estar presentes sus padres ni abuelos, nos esta llevando a la conclusión que el fenómeno afecta a toda la familia.

 

Una presencia diabólica:

A este caso lo conocimos a través de la madre de la protagonista.

Elizabeth R., y su marido (ambos de 32 años de edad) fueron testigos del hecho cuando una noche, a poco de irse a acostar (Mayo de 1992), sienten un ruido y ven ambos un pequeño ser como los descriptos en los casos anteriores, fosforescente, que los mira desde los pies de la cama. La ubicación geográfica de la casa de este matrimonio es a 100 metros de la casa de la familia Franco y a 300 metros de la casa de María T.

El matrimonio es profundamente religioso, católicos practicantes; cuando el ser extraño hace su aparición en el dormitorio, comienzan a rezar e instantes después el ser desaparece, sin que ellos (según explica la madre de Elizabeth) puedan explicarlo.

En días siguientes la pareja hace bendecir la casa por medio de un sacerdote católico. La creencia de la pareja es que esa noche habían recibido la “visita” de Satanás o de uno de sus secuaces, tal fue su profunda impresión.

En reiteradas ocasiones quisimos entrevistar a los protagonistas siendo rechazados sistemáticamente; en ese caso “la creencia religiosa excluyó a la investigación ufológica”. No es la primera vez que nos pasa que al presentarnos como investigadores del fenómeno ovni o de actividad paranormal, se nos otorgue el extraño “privilegio” de tener que ver con cosas satánicas o de brujería. Por otro lado seguimos notando que el pensamiento mágico sigue prevaleciendo sobre el investigativo; sigue siendo más “normal” creer en la aparición de un Ángel o de un Diablo (que son figuras atávicas y fáciles de reconocer por nuestro subconsciente), que un ser chiquito y cabezón, aunque éste deje evidencia física muchas veces.

El hecho de rezar y que la figura desaparezca es curioso, pero recordamos un caso en EEUU, donde la reiterada víctima recomendaba a otros protagonistas de hechos similares, que rezaran o recitaran un mantram en el momento de la aparición de los seres, ya que eso les impediría a éstos llevar a cabo sus planes. Reconocemos que para una persona creyente, rezar o utilizar otro método de “conexión con lo infinito” puede disparar dispositivos subconscientes que de alguna manera anulen la percepción.

En este caso estamos hablando de un hombre y una mujer que simultáneamente ven una figura definida con todo detalle.

¿Puede darse una alucinación conjunta con tales coincidencias?

¿Hay algún proceso psicológico que lo explique satisfactoriamente?

Hasta ahora no hemos tenido respuesta satisfactoria.

 

El caso de Sandra y Sergio:

Este caso al que vamos a referirnos a continuación, ocurrió en Julio de 1992, a pocas cuadras del anterior y también es protagonizado por un matrimonio; en este caso por Sandra (27 años) y Sergio A. (26 años).

Aquella noche, a poco de acostarse y ya con la habitación oscura, ambos perciben que son observados y ven a través de una ventana que da hacia un patio interno (ellos estaban en una planta baja) algo que los sorprende.

Aquí los relatos difieren, ya que Sandra observa un pequeño ser que parecía flotando; mientras tanto su marido declara haber visto únicamente una esfera luminosa. Después de un instante esta luz desaparece y Sergio se levanta caminando hacia la ventana para seguir observándola, aunque sin éxito.

Según lo declarado por Sandra, su vecina del piso superior se asustó esa noche al ver una esfera luminosa dentro de su casa; éste último detalle hemos podido confirmarlo personalmente.

Este caso tiene una connotación sumamente interesante, ya que Sandra, al tiempo de esta experiencia, tenía un fibroma que le causaba cierta preocupación. Tiempo después de esta vivencia, ella “sueña” que un ser pequeño, de cabeza enorme entra a su habitación, la paraliza y procede a introducirle una larga aguja en uno de sus ovarios, el dolor es tan insoportable que ella despierta aterrorizada.

Tiempo después descubre que está embarazada, y al hacer una ecografía se sorprende, porque el fibroma había desaparecido por completo.

No es la primera vez que los visitados mejoran su salud o sus dolencias después de las visitas. Actualmente Sandra y Sergio se han mudado al gran Buenos Aires, donde Sandra tuvo su nuevo niño. Al día de hoy estamos tratando de localizarla para confirmar si su descendencia cumple con algunos descubrimientos realizados por nosotros y que describimos en los últimos capítulos.


El caso Ana, la hipnosis como herramienta:

Ana es una persona muy agradable, activa, curiosa y de marcada inteligencia.

Está casada con un profesional y tiene una hija.

En Diciembre de 1986 vivió una extraña experiencia, para ella inexplicable.

Recuerda que una noche muy calurosa, despertó escuchando el silbido del viento, muy fuerte y persistente. Se dijo a sí misma que empezaba una tormenta y miró hacia la ventana de su habitación, que se encontraba abierta.

Se sorprendió al notar, a la luz de la calle, que las copas de los árboles no se movían, sin embargo, las cortinas de las ventanas flameaban hacia adentro. El hecho en sí resultaba más contradictorio aún, ya que dos aparatos de ventilación que estaban funcionando apuntaban hacia la ventana.

En ese momento su perrita también despertó y sin entrar en la habitación, comienza a gemir con aullidos lastimosos.

Ana percibió entonces que una “presencia” entraba en su cuarto. En unos segundos, comenzó a escuchar un jadeo que la paralizó. Estaba tendida boca abajo y su temor crecía a medida que el jadeo se acercaba haciéndose más fuerte junto a su oído. Su terror aumentaba y no podía extender la mano para encender la lámpara de noche.

Esa “presencia”, como ella la describe estaba detrás, a su espalda.

Se escuchó decir “Jesús, Jesús” ya desesperada.

Percibió claramente que quien la observaba y jadeaba a sus espaldas se retiraba, mientras el sonido que había persistido hasta ese momento cesaba con una especie de succión.

La perra entró en la habitación agitada y aún gimiendo, pero ni su esposo, ni su hija se despertaron. Ana estaba bañada en sudor y aterrada, pero comprobó que los árboles de la calle seguían quietos y que su cortina tenía un leve movimiento hacia afuera.

Este es su relato según sus recuerdos conscientes; contaba en ese momento 36 años de edad.

Poco después de esta experiencia se produjeron episodios de telequinesis en su presencia. Concretamente, unos objetos decorativos sobre una repisa volaron literalmente sin ser tocados y la pileta del cuarto de baño, se desprendió de su pedestal cayendo al piso.

Este tipo de fenómeno paranormal puede atribuirse a un estado de estrés sufrido por la protagonista, al cual se suma luego una afección en la piel, de origen psicosomático.

Finalmente, en 1993, otra presencia, esta vez con especiales características, como un nombre y comunicación a nivel telepático, comenzó a manifestarse de manera regular.

Ana pensaba que estaba volviéndose loca cuando recurrió a nosotros.

De todos modos, quería llegar al fondo del asunto, quería descubrir todo lo posible con respecto a estas experiencias.

Decidimos con ella, entonces, realizar sesiones de hipnosis regresiva para explorar estas vivencias y extraer todo lo posible de ellas.

Nuestra impresión inicial, de todos modos, era que la protagonista sufría de algún tipo de alteraciones por cargas emocionales, conflictos familiares o personales, que condujeran a estas experiencias.

Pero no dejamos de contemplar el estar ante un caso de “visitante de dormitorio”, debido a las marcas y cicatrices que Ana presenta en su cuerpo, y algunas otras características que suelen darse en estos episodios, como por ejemplo un silbido agudo y sostenido en su oído derecho. Justamente, detrás del pabellón auricular derecho aparece muy clara, una cicatriz de 2 centímetros de largo, que desconocía nuestra testigo.

El silbido precedía a la supuesta aparición de la entidad en su dormitorio, estando ella despierta y muchas veces en otro lugar de la casa. Al concluir la experiencia, Ana eliminaba como tantos otros visitados, grandes cantidades de orina, varias veces durante la noche.

Además, dentro de la encuesta que realizáramos incluyendo las preguntas formuladas por la empresa encuestadora Roper, en EEUU, Ana integra el grupo de posibles abducidos.

Con su consentimiento, comenzamos a explorar, entonces, sus experiencias a partir de su recuerdo consciente de esa noche de Diciembre de 1986.

Se reviven los recuerdos:

Primera sesión.-

Después de inducir un estado modificado de conciencia en nuestra testigo, la llevamos a esa noche donde su recuerdo consciente la enfrentaba con una presencia desconocida en su cuarto.

He aquí el relato.

“Hace calor...

Estoy escuchando un viento. Qué suerte, viene una tormenta.

No. Es raro... Los árboles no se mueven.

Los veo por la luz de la calle, no se mueven.

Pero las cortinas sí. Qué raro, hacia adentro.

Los turbos (ventiladores) apuntan a la ventana...

¡Dios mío, qué es eso!

¡Cómo entró! (Angustiada)".

Se le pide que describa lo que ve.

“Es como un hombre, pero tiene escafandra, casco, no sé.

Tengo miedo...viene, viene...”.

Se le vuelve a pedir que siga con la descripción del ser.

“Es bajo, muy bajo, como de un metro, así. Cabeza grande, o casco, no sé, con visor negro, o son los ojos. Es gris. Me da miedo...

La perra llora, fuerte. No entra”.

“¡Ay. ¡Está atrás mío! Me hace algo en la espalda, Yo lo siento...

Me dice algo, no entiendo, pero me dice algo”.

Se le pide que describa qué le hace en la espalda y con qué.

“Me pone algo con punta, lo hunde...me duele.

Es frío, me corta... ¡Ay! No... sigue... y escucho un jadeo”.

“Nadie se despierta,... la perra... ¡Ay! ¡Jesús, Jesús!...No me puedo mover...”.

“Ahora se va. Escucho el viento mas fuerte...No parece caminar. Hay un ruido, como una aspiradora. Se fue...desapareció con el ruido. La perra...entra y llora”.

Al volver al estado de vigilia, Ana dibujó al ser que percibió, según sus recuerdos en hipnosis. Se sorprendió de todo lo ocurrido ya que conscientemente, no había recordado toda la experiencia, que precisó como de 15 minutos de duración y mucho más aún, del ser.

Segunda sesión.-

Esta segunda sesión de hipnosis fue realizada aproximadamente un mes después de la anterior.

En ella, comenzamos llevando a la testigo a la misma noche de Diciembre de 1986, repitiendo en su relato las mismas vivencias.

Luego dimos la orden que recordara la primera vez que había visto al mismo ser.

Su relato:

“Estoy en el patio del colegio..., la maestra...”.

Preguntamos que edad tenía en ese momento.

“Seis años”. Se corta abruptamente. “Un hombre me viene a matar”. Lo dice temblando.

Se le pide que describa al hombre.

“Es muy bajito, es feo...tiene los ojos muy grandes y trae un cuchillo en la mano... (Llora), tengo miedo...”.

Calmándola, se le solicita que describa dónde se encuentra.

“En casa, en mi cama, ese hombre viene y quiere matarme”.

Se le pide que mire qué tiene el hombre en la mano y qué hace.

“Tiene un cuchillo... (Llora). Chiquito, puntiagudo. Me pincha en la barriga...me marca, con puntitos”.

“Dice que no tenga miedo, Yo le entiendo...dice que no me quiere matar. Mi papá...”. Larga pausa en el relato.

“Dice que va a volver”.

Preguntamos nuevamente que hace el hombre al introducir el cuchillo en su abdomen.

“Saca (pausa) tejido, dice que me extrae tejido. Yo lo veo, me saca algo”.

Al concluir la sesión y volver al estado de vigilia, Ana nos relata sus recuerdos de esa época.

 

Tenía mucho temor a la noche cuando se iba a dormir, por ese hombre que quería matarla. Recuerda que deseaba gritar pero no podía y que su hermana no se despertaba, ni se daba cuenta de la presencia de ese “individuo” en la habitación. Ella deseaba, recuerda con algunas sonrisas, que su padre la ayudara.

Recuerda las marcas persistentes en el abdomen, algunas de ellas, pueden verse aún hoy. También una hemorragia vaginal en esa etapa, que no dio comienzo a las menstruaciones normales.

Con respecto al “cuchillo” que portaba el visitante, pudo comprobar gracias a la hipnosis, que era en realidad una especie de bisturí, con el cual le extraía tejido, o punzaba el abdomen. Por supuesto, reaccionó que con respecto al ser, nunca quiso matarla.

A continuación, en el próximo capítulo vamos a desarrollar un caso con aristas diferentes, en algunos aspectos más dramáticos.

La protagonista, nunca quiso bucear en sus recuerdos con la hipnosis. ¿Temerosa, tal vez, de encontrar algo más?

 


CAPITULO 4: 
El robo de fetos


El Caso Hebe

 La larga historia de eventos extraños, comenzó en la vida de Hebe (nombre ficticio) al cumplir sus once años de edad, ese día, cuando iba a comprar leche para agasajar a sus amiguitos con un chocolate, desapareció.

Recuerda haber aparecido en las cercanías del Colegio donde asistía su hermana, sin recordar ninguna otra cosa. Habían transcurrido 48 horas. Dos días desde su cumpleaños vacío y sin memoria.

Sí recuerda que las monjas del Colegio lavaron sus ropas manchadas de sangre.

A los tres meses de este episodio, Hebe vuelve a desaparecer de su casa en Valentín Alsina y sin saber como, se encuentra en el banco de una plaza en el barrio de Once, en Capital Federal, llorando y muy desorientada. Habían transcurrido 24 horas.

Un policía la lleva al Juzgado de Menores, es allí atendida por un médico que tras una revisación exhaustiva, confirma que la niña está embarazada. Ella no entiende que le ocurría, su mente en blanco no registra absolutamente nada de esas horas perdidas. Es su padre, un hombre de campo, bondadoso y protector, quien advierte a la niña sobre su estado. El médico legista decide un aborto terapéutico, ya que se supone violación.

Pero Hebe no tiene ninguna conciencia de haber sido sometida.

Así transcurre el resto de su infancia y su adolescencia sin traumas.

A los dieciocho años, comenzó a trabajar como azafata en una empresa de transporte de pasajeros que realizaba viajes al interior.

En uno de esos viajes tuvo otra experiencia de tiempo perdido. Al llegar de madrugada a un pueblo de la Provincia de Buenos Aires, se dirigió al hotel donde siempre pernoctaba antes de volver a salir con otro contingente. Se quedó dormida, pero al despertar, comprobó que habían pasado diecinueve horas.

Se sentía mal, dolorida, afiebrada y desorientada. Notó bajo su axila izquierda, sobre las costillas, tres marcas circulares grandes, de 3 centímetros de diámetro con pequeños puntos dentro, como punciones.

Los tres círculos formaban un triángulo. Sin saber como habían aparecido, consultó con un médico. Sus glóbulos blancos estaban un poco altos y se le dio tratamiento con antibióticos. De todos modos, el profesional no pudo determinar a qué respondían las marcas, que además, persisten actualmente.

De allí en más, las marcas y heridas en su cuerpo no dejaron de sucederse.

Su vida, sigue un derrotero normal. Se enamora, se casa y a los 27 años nace su primera hija.

Pero en los cuatro años siguientes, hasta el nacimiento de su segunda hija, Hebe pierde varios embarazos.

Sin explicarse muy bien, esas interrupciones se produjeron, todas ellas, luego de tres meses de diagnosticado en embarazo, con una pérdida nocturna, mientras dormía, no habiéndose encontrado embrión.

Hasta ese momento, no había dado importancia a estos sucesos, que, si bien eran extraños, no le quitaban el sueño.

Pero, una noche, tiempo después de su separación, despierta por una intensa luminosidad que enciende su dormitorio.

Sobre ella, observándola, ve dos rostros luminosos. Percibe una especie de diálogo entre ellos que no entiende. No puede moverse, pero ve la habitación con toda claridad, justamente a la luz que emitían las dos figuras.

Eran calvas, de rostro con forma de pera invertida, con ojos penetrantes y una boca que al gesticular semejaba una risa burlona, que atravesaba linealmente entre dos orejas inexistentes.

La visión duró lo bastante como para entender que no estaba soñando.

Al desaparecer las figuras, de las que no vio sus cuerpos, la habitación volvió a quedar a oscuras.

Hebe se durmió sin más. A la mañana siguiente despertó con una feroz hemorragia genital, un prolapso de esos órganos y además, con tres protuberancias en la cabeza.

Se sintió mutilada y destruida esta vez.

Como mujer, sintió que esas criaturas le habían robado algo esencial.

Recuerdos vagos, de agujas en su cuerpo y dolores intensos la hicieron reflexionar sobre sus otras experiencias.

En su cuerpo siguen apareciendo marcas. Conocemos a Hebe desde 1989 y recién en 1996 nos permitió el acceso a sus experiencias.

Así observamos no sólo su vida como cualquier persona normal, que trabaja y cuida, sola, de los suyos. Sino también fuimos testigos de la sucesión de vivencias.

En estos años, de la noche a la mañana hemos comprobado la aparición de una cicatriz rectangular en su clavícula izquierda con apariencia de quemadura de 1 por 3 centímetros con cinco puntos dentro. Una marca circular, similar a las que presenta desde hace 32 años en su costado izquierdo, pero en el costado derecho de la cadera, punciones en el cuello y otras marcas en la espalda.

Analizando todas estas circunstancias, nos encontramos con un caso importantísimo en lo que a abducciones y visitantes de dormitorio se refiere.

Existen aquí varias de las pautas que indican estas experiencias.

  1. Tiempo perdido.

  2. Cicatrices aparecidas de manera desconocida

  3. Pérdidas de embarazos, sin aparición de fetos.

  4. Entidades luminosas dentro del dormitorio.

Por supuesto, todos nos preguntamos qué buscan en las personas con las que experimentan.

En este caso en especial, tenemos una pequeña pista.

Parecen estar interesados en la reproducción y genética humanas.

Tal vez Hebe, al igual que otras millones de personas en el mundo, reúne las condiciones necesarias que los extraños buscan para sus fines.



CAPITULO 5: 
La encuesta Roper, nuestra experiencia.

 Hace algunos años, precisamente en 1992, el infatigable investigador y director del CEFAE, Alberto Tunich, organizó el Primer Congreso de Ovnilogía de El Palomar, en la Provincia de Buenos Aires.

Este congreso tuvo la singularidad de reunir a casi cincuenta investigadores de la temática, lo que para nuestro país es un hecho con pocos antecedentes.

En dicho congreso fue presentado por el investigador Juan Eduardo Faillá, miembro del Comité de Dirección de la Comisión de Investigaciones Ufológicas (CIU), y Director para la República Argentina de MUFON (Mutual Ufo Net Work) de EEUU; un trabajo titulado “Las abducciones y el Informe Roper”. Este trabajo, a nuestro juicio el mejor de los presentados en el congreso, nos trajo inquietantes noticias y nuevos interrogantes con respecto a esta realidad.

Con permiso del autor, hemos reproducido algunos párrafos de la brillante exposición: “Durante los últimos 30 años, la comunidad ufológica mundial se ha visto sacudida por un número cada vez más creciente de casos de abducción. Con el correr del tiempo, se han hecho numerosos intentos por explicar el origen y algunas facetas de estas experiencias, a las que muchos investigadores denominan, no sin prejuicios, secuestro ufológico o secuestro a bordo de un ovni. Entre estos intentos cabe mencionar:

  1. El estudio sobre nueve sujetos abducidos patrocinado por la FUFOR (Fondo para el Estudio de los Ovni, USA) y conducido por los investigadores ovni americanos Ted Bloecher, Budd Hopkins y la Dra. A. Clamar.

  2. Los experimentos conducidos por el profesor de ingles A. Lawson, secundado en su tarea por J. De Herrera y el Dr. W. Mc.Call, que dieron por resultado la enunciación de la hipótesis de imaginería perinatal a fin de dar con la clave del fenómeno abducción.

  3. El proyecto Visit, dirigido por el Ing. de la Nasa, John F. Schuessler, en donde se clasificaban los daños o efectos mas frecuentes sufridos por los abducidos y se confeccionaba un retrato robot de la entidad asociada con más frecuencia de estos eventos.

Así, y de la mayoría de los 130 casos sometidos a estudio por el grupo de investigación Proyecto Visit, surgía la descripción de seres de alrededor de 1,20 metros de estatura, calvos, macrocéfalos, y provistos de piel de tonalidad gris-verdosa; que hoy por hoy parecieran que son compañeros casi inseparables de la mayoría de estas traumáticas experiencias, a menos en EEUU.

Recientemente ha sido publicada en los EEUU una nueva obra sobre la materia que, a no dudarlo, contribuirá a aumentar aún más el misterio en torno a los episodios de abducción, y que podría pasar a la historia de los ovnis como uno de los documentos mas controvertidos que se hayan publicado alguna vez en torno a los pretendidos secuestros ufológicos.

Se trata esta vez de un pequeño opúsculo o librito de sólo 64 páginas, que lleva por título Experiencias Personales Inusuales, con un subtítulo que reza así: Un análisis de los datos de tres encuestas nacionales llevadas a cabo por la Organización Roper. La Organización Roper es una de las más respetadas instituciones independientes en lo que a realización de encuestas se refiere, y su cometido con respecto al fenómeno abducción fue el de encuestar a casi 6.000 personas pertenecientes a la población adulta norteamericana, sometiéndolas a un cuestionario de 11 preguntas, cuyo cariz giraba en torno a ciertas experiencias inusuales que podrían o no haber tenido los entrevistados. Uno de los principales autores de los comentarios contenidos en este librito es el inefable Budd Hopkins, pionero absoluto en la divulgación masiva de estos terroríficos encuentros.

Los otros dos autores del Informe Roper han sido el Dr. David Jacobs, Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad del Temple (Arizona), y autor de verdaderos hitos ufológicos como La controversia Ovni en América y Vida Secreta, obra ésta última que versa sobre el fenómeno abducción, y el Dr. Ron Westrum, veterana figura de la comunidad ufológica estadounidense, que se desempeña como Profesor de Sociología de la Universidad de Michigan Este.

El Informe Roper, del cual se han distribuido gratuitamente 100.000 copias a distintos profesionales del área de salud, contiene además comentarios adicionales del Dr. John Mack, Profesor de Psiquiatría de la Harvard Medical School, y de John Carpenter, Asistente Social con orientación clínica con base en Springfield (Missouri); los que se han transformado también en personajes relevantes en lo atinente al estudio científico del fenómeno abducción.

El alto costo de estas encuestas e informes fue solventado por Robert Bigelow, un empresario dedicado al negocio de urbanización de bienes raíces y por un segundo benefactor que desea permanecer en el anonimato.

Volviendo a las 11 preguntas del cuestionario al que fueron sometidas las casi 6.000 personas encuestadas, conviene aquí mencionar que 5 de ellas fueron diseñadas por Budd Hopkins y el Dr. David Jacobs con el fin de proceder a la identificación positiva de abducidos potenciales. La condición para ser admitido al, por así decirlo, selecto grupo de abducidos potenciales consistía en responder con un sí a por lo menos 4 de las 5 preguntas de dicho cuestionario, que eran consideradas clave y que versaban sobre las siguientes experiencias:

  1. Despertarse con una sensación de parálisis y con la sensación de la presencia de una persona o de algo en el dormitorio.

  2. Experimentar un período de tiempo de por lo menos una hora durante el cual dichas personas habían deambulado perdidas, sin poder recordar la causa de ello o donde habían estado durante ese lapso (tiempo perdido).

  3. Sensación de volar o flotar realmente en el aire, sin saber cómo o por qué ocurría este evento.

  4. Observar luces inusuales o bolas de luz en el dormitorio sin saber su origen o de donde provenían.

  5. Hallar cicatrices enigmáticas en su cuerpo, ignorando cómo se habían realizado o qué elementos las habían producido.

Sin duda alguna, se podrían elaborar variadas interpretaciones acerca de los resultados de las encuestas llevadas a cabo por la Organización Roper, pero lo cierto es que algunos de estos resultados han sido más que sorprendentes, para expresarlo de algún modo.

Asimismo, y de acuerdo con la interpretación efectuada por Hopkins, Jacobs y Westrum sobre los resultados de estas tres encuestas, el 2% de la población adulta norteamericana (esto es: 3.700.000 personas en total) habría tenido una gama de experiencias que, según ellos, sugiere una historia de abducción típica.”

Después de la exposición de Juan Faillá en el Congreso de El Palomar y de tener copia escrita de la misma, nos entusiasmamos con la idea de reproducir la encuesta en nuestro medio. Buscamos antecedentes sobre trabajos similares en nuestra comunidad ufológica y no los encontramos, aunque sí sabíamos de graves críticas y lejos de alabar, nos pusimos a trabajar con más ganas que presupuesto y con pronósticos de resultados que después no se cumplieron.

La encuesta Roper poseía 11 preguntas y la nuestra 12, pero manteniendo invariables las 5 preguntas fundamentales. De la misma manera que en EEUU nosotros considerábamos “abducido potencial” a aquella persona que por lo menos contestara sí a 4 de las 5 preguntas principales. Nuestra encuesta era la siguiente:

Nombre y Apellido:

Domicilio:

Teléfono:

Edad:

  1. ¿Alguna vez se despertó durante la noche con sensación de parálisis y con la impresión de la presencia de alguien o algo en su dormitorio?

  2. ¿Experimentó alguna vez la sensación de tener “tiempo perdido”, o sea períodos de por lo menos 1 hora donde le resulta imposible saber que hizo?

  3. ¿Tiene Ud. creencias religiosas?

  4. ¿Tuvo la sensación de volar o estar flotando en el aire, sin saber cómo o por qué ocurría este evento?

  5. ¿Ha manifestado en alguna oportunidad capacidades de Precognición, Clarividencia u otros fenómenos parapsicológicos?

  6. ¿Observó en alguna oportunidad luces inusuales o bolas de luz en el dormitorio sin saber su origen o de donde provenían?

  7. ¿Ha leído libros sobre ocultismo, parapsicología o temas afínes?

  8. ¿Ha hallado cicatrices enigmáticas en su cuerpo, ignorando cómo se habían originado o qué elementos las habían producido?

  9. ¿Durante su infancia tuvo la sensación de ver o percibir alguna aparición de tipo “Mariana”, “Duendes”, “Gnomos”, u otra de naturaleza semejante?

  10. ¿Ha tenido encuentros cercanos con ovnis?

  11. Si la respuesta anterior es positiva, ¿Ha visto a sus tripulantes?

  12. ¿Ha aparecido en su mente algún símbolo o diagrama de manera recurrente, puede dibujarlo?

Las preguntas claves eran: 1-2-4-6-8.

Antes de continuar, tenemos que hacer una aclaración que a posteriori resultaría ser fundamental (por lo menos en éste análisis preliminar):

La Organización Roper hizo su encuesta a través del “timbréo”, con unas pautas bien específicas, en el caso nuestro pudimos acceder a los datos proporcionando los formularios a los asistentes a nuestro Instituto a lo largo de casi un año. Tal vez esto originó un desvío que no deja de resultar interesante. Para nuestra encuesta se contabilizaron 99 personas adultas (edad promedio: 41 años).

Los resultados comparativos con la encuesta Roper, que se exponen a continuación, son los siguientes: (respuestas en %)

Preg. Nro: Roper Nosotros Referencia tema

1 18 58 Pres. de dormitorio

2 13 41 Tiempo perdido

4 10 56 Sensación de volar

6 8 36 Luces o esferas

8 8 10 Cicatrices

 

Según el Informe Roper, 119 personas sobre un total de 5947 contestaron sí a 4 de las 5 preguntas fundamentales, eso nos da un porcentaje del 2% de la población encuestada.

En la encuesta realizada por nosotros el resultado obtenido fue de 12 personas sobre un total de 99; lo que nos da algo más del 12%.

Recordemos que este trabajo fue realizado en 1994.

Indudablemente 99 no es un número elevado de personas como para poder realizar una proyección certera; a priori habíamos determinado que la población encuestada rondaría las 300 personas. La emisión por televisión de "Intrusos” y notas aparecidas en distintas revistas de divulgación sobre secuestros ufológicos nos hizo considerar que de alguna manera nuestros futuros encuestados se encontrarían influidos por estos relatos, lo que motivó que solamente consideráramos los formularios recabados hasta ese momento.

Se puede determinar también que el desvío (importante) producido con respecto a la encuesta Roper, se debe sin duda a factores psicológicos asociados a los gustos en lecturas y experiencias realizadas por los encuestados (la mayoría alumnos de nuestro instituto en diferentes temáticas relacionadas con el esoterismo), de hecho casi 74% de ellos leen habitualmente sobre Parapsicología o temas afines.

De la misma manera tenemos que indicar que del total un 23% asegura haber tenido experiencias ovni. ¿Es la inclinación hacia estos temas lo que produce este desvío significativo? O por el contrario: ¿Dicha inclinación a estos temas les posibilita reconocer las experiencias anómalas? A esta altura de la investigación no podemos asegurar ninguna de las dos posibilidades.

En Física habitualmente se “renormalizan” ecuaciones cuando empiezan a aparecer demasiados infinitos y el científico intuye que no es el modelo deseado.

Nosotros de alguna manera necesitamos introducir en nuestro sistema de ecuaciones un factor de corrección. En el caso que nos ocupa tenemos que hacerlo desde un punto cualitativo y no cuantitativo.

Si tomamos por un momento la idea de la “contaminación esotérica”, lo que tenemos que hacer evidentemente es aumentar el grado de selección. Lo que hemos hecho, aunque tal vez sea objetable, es tomar únicamente en consideración aquellos sujetos que hallan contestado “si” a las 5 preguntas claves.

Tenemos así formado un pequeño grupo de 3 personas con las que hemos podido conversar en reiteradas oportunidades. De estos estudios hemos confirmado que 2 de ellas han tenido realmente experiencias con visitantes de dormitorio.

Este valor del 2% es similar al de la encuesta norteamericana.

Las correlaciones que se pueden realizar relacionando las diferentes preguntas son infinitas y de difícil interpretación, no solamente para los ufólogos, también para psiquiatras que se interesen en el tema; estamos conscientes que recién ahora comienza la investigación de escritorio y de “diván”. Pensamos que no podemos realizarla sin la ayuda de los profesionales habilitados para escudriñar los secretos de la mente.

Ultimamente hemos estado considerando si el importante desvío observado entre nuestra encuesta y la Roper, no se deba únicamente al “factor esotérico” como lo habíamos denominado y sí a la casualidad de haber realizado nuestra encuesta en un barrio “elegido”, hablando metafóricamente “haber acampado sobre un hormiguero”. De la misma manera nos hubiera pasado si hubiésemos hecho una encuesta de avistamientos en Victoria (Entre Ríos) o en Capilla del Monte (Córdoba), sin duda los resultados hubieran sido más espectaculares que si lo realizásemos en lugares sin casuística. Creemos firmemente que el fenómeno actúa en zonas determinadas y seleccionadas, donde gran parte de la población, a la postre, son protagonistas.

Ahora podríamos preguntarnos que dicen los escépticos. Como expresa el investigador español Javier Sierra, en un artículo aparecido en la revista Año Cero: “Por regla general los escépticos han decidido desacreditar el fenómeno sin tener en cuenta el aspecto humano del mismo, es decir, que hay miles de personas afectadas por algo, (sean extraterrestres o no) y que requieren de alguna clase de soporte o ayuda. En cualquier caso los argumentos que esgrimen más a menudo son que los abducidos padecen de:

  • Personalidades propensas a la fantasía: Un término no reconocido aún por psiquiatras y psicólogos, acuñado por K. Basterfield al tratar de averiguar si los abducidos tienen tendencia a fantasear superior a la media de la población. En 1992 presentó los resultados de su estudio en el MIT: Negativo.

  • Traumas sexuales reprimidos: Examinadas muestras de abducidos y comparadas con otras de población normal, no existe una especial incidencia de traumas sexuales entre esta clase de sujetos.

  • Síndrome de falsa memoria: Se da sólo en situaciones de alta sugestionabilidad. Las falsas memorias que no son globales sino que afectan únicamente a detalles concretos de un hecho y no a episodios enteros.

  • Síndrome de Munchausen: Fue descripto en 1951 por el Dr. Asher y se refiere a aquellas personas que necesitan contar historias extravagantes para llamar la atención. Desdichadamente para los proponentes de esta hipótesis, un gran porcentaje de los abducidos rehuye la publicidad y sólo narra puntualmente sus vivencias a los investigadores”.

Se cumple a rajatabla la aseveración de J. A. Hynek: “Gente ordinaria en circunstancias extraordinarias”. Nunca una frase del “viejo” fue tan categórica y precisa.

En el próximo capítulo analizaremos la hipótesis formulada por A. Lawson sobre experiencias perinatales y también sobre el Síndrome de Memoria Falsa.


CAPITULO 6: 
La hipótesis de recuerdos perinatales y el síndrome de memoria falsa.

 Si bien no somos psicólogos y por lo tanto no tenemos los elementos suficientes en esa disciplina para analizar casos patológicos, entendemos que la Hipótesis de Recuerdos Perinatales con la que A. Lawson pretende explicar los raptos de humanos por supuestos extraterrestres, a las que llamamos abducciones, carece de consistencia. Además Lawson tampoco es especialista en materia mental, es profesor de ingles.

Para desarrollar su teoría, Lawson emprendió un estudio de abducciones imaginarias, inducidas por hipnosis.

En cursos programados para utilizar visualizaciones, hemos llevado a cientos de personas a estados modificados de conciencia (Alfa, de 7 a 14 cps, y Theta, de 4 a 7 cps.). En estas experiencias hemos observado a lo largo de estos muchos años de práctica, que guiando adecuadamente a los sujetos, se pueden fijar ciertas imágenes mentales y desarrollarlas según el hipnólogo desee.

Además en estos casos, se produce una expansión mental, sobre todo en personas sensibles psíquicamente, a través de la cual, el sujeto capta no solo las palabras, sino también las imágenes mentales del hipnólogo.

De esto se extrae que a pesar de que el sujeto desconozca un tema en especial, al establecerse esta sincronización con quien los guía, las imágenes mentales pueden ser transmitidas. De todas maneras, hemos comprobado que la experiencia mental adquiere las características subjetivas del que percibe cambiando por ello detalles, sin perder la hilación objetiva de lo que se desea transmitir.

Queremos dejar en claro con lo expuesto, que si el hipnólogo conoce las experiencias, con sus preguntas induce al sujeto bajo condiciones modificadas de conciencia a que diga lo que el hipnólogo quiere que diga.

En los casos de hipnosis regresiva no resulta necesario formular preguntas al sujeto ya que reproduce mentalmente lo percibido objetiva y subjetivamente, salvo que su subconsciente bloquee ciertos recuerdos.

Advertimos además que se puede ordenar al sujeto que sólo observe sin volver a vivir el recuerdo.

Con respecto a la Hipótesis de Recuerdos Perinatales (HRP), nos gustaría agregar también que a lo largo de estos años, hemos realizado regresiones al momento del nacimiento en gran cantidad de sujetos.

En la mayoría de los casos los mismos han tenido visualizaciones de ese momento, siendo los menos aquellos que bloquearon los recuerdos.

Con respecto a estos recuerdos, los sujetos perciben estar dentro y fuera del feto alternativamente, ven a su madre en la camilla pero no suelen ver al feto. En el momento del parto, se sienten comprimidos y empujados, saliendo a un lugar muy luminoso.

Muchos perciben los sentimientos maternos y todos dicen encontrarse a gusto en el regazo de la madre.

Según la HRP, los abducidos tienen imágenes muy claras del rapto, que en esta hipótesis se define como alucinación.

En los casos estudiados de regresión al nacimiento, no se percibe rapto, sino la voluntad del sujeto de habitar o no el pequeño cuerpo.

Además expresan su deseo de nacer.

En los casos de abducción se describen seres con aspecto de fetos o embriones, que tienen entre 0,80 metros y 1,20 metros de altura, su piel es gris verdosa, la persona advierte en ellos cuatro o tres dedos, y cuando son tocados queman. Estos seres, siempre varios, cuatro o cinco, manipulan al raptado, lo someten a exámenes médicos cruentos, insertando sondas y provocando heridas.

En los casos de regresión al nacimiento, el sujeto se siente feto.

No recuerdan el corte del cordón umbilical, ni las manipulaciones de los médicos, porque, según explican pueden estar fuera del recién nacido. Es más, muchos alegan haber “habitado” conscientemente al feto, cuando éste se hallaba en peligro de muerte para ayudarlo.

En lo últimos momentos, cuando toman la decisión de entrar en el feto se encuentran en posición incómoda y muy apretados, contrariamente a la suposición expresada en HRP donde los abducidos pasan a una cámara amplia y muy iluminada, que para el investigador Lawson representa el útero materno.

En los sujetos que han experimentado la regresión al nacimiento no aparece la percepción de ser introducidos físicamente al útero, sino por el contrario, la de salir de él.

Si esta hipótesis fuese cierta, toda persona que reviviera el trance de nacimiento, debería traducirlo en un rapto contra su voluntad y sus raptores deberían tener el aspecto de fetos o embriones.

Pero en los casos investigados por quienes escriben, no se produjeron relatos de esta índole a pesar de que se encontraron partos traumáticos. En todos los casos se revivieron nacimientos: normales, por cesárea, con fórceps, pero nacimientos solamente.

Entendemos desde nuestro humilde punto de vista, que las experiencias con estos pequeños seres de grandes cabezas y piel gris son reales, y que a partir de ellas se produce un trauma difícil de explicar para los investigadores.

Los abducidos recuerdan retazos de la experiencia o la evocan a través de similitudes y la mayor parte de la misma parece encontrarse bloqueada para no ser recordada. Más que una alucinación, parece ser una vivencia real que se quiere olvidar.

Con respecto a las comparaciones que se realizan para sostener la HRP, lo cierto es que podemos encontrar analogías como éstas en cualquier orden de la vida.

Se alega que el entrar por un estrecho túnel a una cámara amplia franqueando una pequeña puerta dentro de la nave, es una alusión clarísima al útero materno. Pero entrar por un pasillo, atravesar una puerta y encontrarse con una habitación es algo que hacemos prácticamente todos los días, sin con ello proyectar nuestros traumas del nacimiento.

Además cuando un médico debe realizar un examen en un paciente, lo hace dentro de una habitación, no en el medio de un parque. Creemos que un médico alienígena, haría algo similar.

Con respecto a los haces de luz que emitirían las naves observadas por los abducidos, se infiere que representan el cordón umbilical.

Con este razonamiento verían cordones umbilicales en las patas de las sillas y mesas, en el tren de aterrizaje de los aviones o tal vez en la emisión fotónica de los faros de un automóvil.

Entendemos que una experiencia extraña provoca evocaciones subconscientes ante la misma, se expresen fantasías que no se pueden controlar.

Pero la gran cantidad de casos de abducciones que vamos encontrando nos refiere los mismos procesos, las mismas pautas de manera objetiva.

Durante el año 1995, realizamos gran cantidad de experiencias con grupos diferentes de personas, repitiendo de alguna forma las experiencias de Lawson. Se las llevaba a un estado modificado de conciencia y se las inducía a un encuentro cercano imaginario con un ovni.

Los resultados obtenidos en estas experiencias son completamente diferentes a los casos “reales”. Por lo general los relatos versaban sobre seres de “luz”, rubios y hermosos que buscaban un acercamiento espiritual con el humano. Sin duda una evocación de la figura “Crística”, tan común a la mayoría de los ciudadanos. Los enanos macrocéfalos brillaron por su ausencia en estos relatos.

A continuación pasaremos revista a otra teoría que está “de moda” entre los pensadores psicosociologístas, la Hipótesis de Memoria Falsa. Trataremos de demostrar porque en nuestra opinión es sencillamente eso: FALSA.

Los defensores de esta hipótesis nos hablan de dos factores:

  1. La hipnosis dirigida por investigadores inexpertos que “guían” el relato del testigo.

  2. Las influencias que ejercen el cine, la televisión y el material bibliográfico sobre el sujeto y que queda incorporado en su subconsciente.

Con respecto al primer punto, ya hemos visto como Lawson “dirige” la experiencia para obtener relatos similares a los “verdaderos”.

De todas maneras, no todos los sofrólogos o hipnólogos actúan de manera poco cuidadosa, por el contrario generalmente se trabaja con cuestionarios muy precisos; el valor de la hipnosis queda en evidencia por su utilización en muchos departamentos de policía, por ejemplo, la de Nueva York, donde se han conseguido excelentes resultados.

Además, debemos contemplar un punto sumamente importante y fundamental, muchos testigos (la mayoría en nuestros casos) recuerdan los hechos de manera consciente, sin necesidad de recurrir a la hipnosis; consideremos (para los defensores de esta hipótesis) el segundo factor: Se dice que todo lo que vemos, escuchamos o leemos queda en nuestros subconsciente, incorporándolo de alguna manera como un falso recuerdo. ¿Quién no ha visto o no conoce al Sr. Spock de Viaje a las Estrellas, o al robot Arturito de la Guerra de las Galaxias, lo mismo Flash Gordon, Alien o Terminator? Sin duda forman parte ya de nuestra cultura, seamos o no amantes del cine de ciencia-ficción.

Sin embargo estos personajes no están presentes en los relatos de abducción (y que tendrían que estarlo si la teoría fuera verdadera), al contrario, los testigos hablan de personajes fríos, impersonales, que no hablan, ni emiten chillidos o “beeps” a los que estamos acostumbrados por las películas; La comunicación en la mayoría de los casos parece ser telepática, una característica que no es común encontrar en los relatos de ciencia-ficción.

Lo mismo podríamos decir sobre el mobiliario interior de la nave: gris, monótono, casi vacío, en contraste con los llamativos puentes de mando de las astronaves de las películas.

¿Por qué inventar un secuestro de este tipo?

¿Por qué las descripciones tan parecidas sobre la curiosidad de estos seres por aspectos de la sexualidad humana?

Si las hipótesis que discutimos en este capítulo fueran verdaderas. ¿No sería más lógico elaborar un caso de incesto o violación?, tan común al pensamiento o a los hechos cotidianos.

¿No sería más lógico imaginar, con el pasado de nuestro país, que nos secuestra un Falcon verde con gente encapuchada en su interior? Sin embargo, no hay denuncias de este último tipo.

Siempre es el “gris” o un pequeño ser color verde el protagonista de estas experiencias, algo completamente ajeno a nuestra vida “normal”.

Tampoco los testigos tienen la intención de hacerse conocidos con estas experiencias, todos tienen temor a que su nombre trascienda.

Como bien dice el investigador John Carpenter: “es un club al que nadie quiere pertenecer, ni siquiera los presentes miembros”. Estamos en presencia de una realidad tangible que quiebra el libro de la sabiduría de muchos profesionales.

 

CAPITULO 7: 
Abducciones y contactismo.

La investigación tiene los ingredientes precisos para movilizarnos y a la vez atraparnos en ella.

La intriga de lo desconocido, que nos lleva a buscar en las más dispares fuentes todo tipo de explicación.

La enorme diversidad de aspectos en que cada caso se abre, ofreciéndonos conocer sobre sociología, psicología, estadística, física, biología, y una larga lista de etcéteras en la que, a cada investigador, se nos pierde alguno.

Tal vez, todo este análisis, llevado a lo largo de tantos años, en todo el mundo y por tantos hombres y mujeres, nos permita arribar a la verdad (o verdades) del fenómeno que nos ocupa. Tal vez.

Pero entendemos que todos absolutamente, queremos llegar a ella, sin importar lo que ésta sea, mas sin engaño.

Queremos discutir en este capítulo, tal vez el punto más controvertido de toda la ufología: los contactos telepáticos. En este caso, su relación con las abducciones.

El contacto telepático (para algunos investigadores Encuentros Cercanos del Quinto Tipo, EC5T), consiste en la comunicación mente a mente entre un “visitante” y un terrestre. Son los casos más difíciles de investigar dado su inconsistencia e inmaterialidad. Son famosas las experiencias del grupo Rama del Perú, las de Luís José Grifol en España, los contactos de Edward “Billy” Meier en Suiza, y las de muchos otros que afirman estar en comunicación con entidades espaciales.

Para nuestra obra, hemos seleccionado un caso que nos tocó investigar y que posee ambos componentes: el contacto y la abducción.

Este caso llega a nosotros extrañamente mientras investigábamos el caso “Viajantes” (aparición de “enanitos verdes” en un club de la localidad de Pergamino, en 1988). Uno de los testigos, la señora Alicia Leal, luego de su valiosa información e interrogada sobre sucesos posteriores al caso, nos habla de sueños recurrentes durante los meses transcurridos. En ellos (los extraterrestres), seres bajos, de grandes cabezas, se le presentan dándole un nombre: Luís Crovara.

El dato, tan preciso como intrigante, nos llevó a la investigación de un nuevo caso dentro de otro.

En principio, debíamos saber si esa persona existía y por supuesto si tenía relación con el caso en cuestión. Cuál no fue nuestra sorpresa al encontrar el nombre en la guía telefónica de la ciudad.

Pues bien, llamamos a riesgo de que nos creyeran locos, y casi sin saber como empezar. El hecho en sí era tan extraño como sugestivo; conocíamos el nombre y el apellido de alguien a través de los sueños de otro, y esos sueños eran el derivado psicológico de un encuentro cercano del tercer tipo. Pero nos presentamos diciendo que éramos investigadores del fenómeno ovni y que un testigo de un hecho reciente nos había dado su nombre. Nuestra sorpresa fue aún mayor cuando Luís, en ese momento un hombre de 51 años, saludable y de amable trato, nos recibió a la mañana siguiente en su oficina de una importante compañía de seguros.

Desde niño, y por experiencias muy especiales está sumamente interesado en la temática ovni, haciendo sus propias investigaciones de modo independiente. En ese verano de 1989, mientras llevamos el hilo de la investigación del caso Viajantes, tuvimos oportunidad de conocer las experiencias de Luís. Debemos aclarar que hemos cambiado el verdadero nombre del protagonista por uno ficticio, ya que él desea seguir en el anonimato.

Sus experiencias comienzan en su pueblo natal Arroyo Dulce, a la edad de ocho (8) años. Recuerda vívidamente que por la madrugada era “absorbido” por una luz hasta un avioncito blanco estacionado a cuatro metros del suelo.

Este “avioncito” lo llevaba a recorrer lugares subterráneos y luego lo devolvía a su casa.

Esto sucedió varias veces en su niñez, dejando bien claro el por qué de su interés en temas de esta naturaleza.

En 1981 en compañía de otras dos personas, realiza un viaje hacia el sur del país, estipulado en comunicaciones telepáticas con entidades que él afirma, son extraterrestres.

En Caleta Olivia, los tres son invitados a subir a una nave. He aquí el relato: “Vimos salir del mar una masa oscura que se acercó a la playa, subimos por una rampa, y nos encontramos en un recinto circular muy iluminado, pero no pudimos apreciar lámparas de ningún tipo.

La luz salía de todos lados.

Allí había varios seres muy altos, como de dos metros y medio, rubios de ojos claros, vestidos con ropa enteriza muy ajustada al cuerpo, de color blanco. Había tanto hombres como mujeres, que atendían consolas dispuestas alrededor del lugar. En grandes pantallas se podían ver estrellas.

De pronto por una de las pantallas, vimos como se alejaba de nosotros la Tierra, siendo evidente que quienes nos alejábamos éramos nosotros.

Dimos una vuelta alrededor de la Luna, viendo su lado oscuro, luego nos hicieron comprender, siempre en forma telepática, que íbamos hacia el Sol. Lo pudimos observar, el Sol es negro”. En ese punto de la narración quisimos saber si había visto el Sol a través de un filtro, pero insistió que no y que el Sol definitivamente según su observación es negro. Este dato es sumamente importante para nosotros, ya que en otro caso de abducción investigado con anterioridad a éste, el testigo afirma exactamente lo mismo.

“Luego volvemos a la Tierra, en un momento dado me levanté de mi asiento y acerqué mi mano a una de las consolas y todas las imágenes que veíamos en la pantalla giraron 90 grados, creo que hice girar el aparato, pero sólo acerqué mi mano, no llegué a tocar los controles.

Por supuesto me hicieron sentar inmediatamente. Entramos a la Tierra, esta vez por el Mar Caribe, no por el polo como habíamos salido.

Allí vimos cosas increíbles: Había túneles subterráneos y al final de esos túneles, ciudades enormes, con cúpulas transparentes y muy iluminadas.

Antes de volver a dejarnos en la playa de Caleta Olivia, nos hicieron un implante en el cerebro. A través de él nos podemos comunicar más fácilmente y siempre saben donde me encuentro”.

El supuesto implante fue realizado detrás de la oreja derecha de Luís y se advierte una marca muy parecida a un lunar de tamaño considerable.

En nuestro afán investigativo solicitamos (varias veces, a lo largo de muchos encuentros con el testigo) que se realizara una radiografía de cráneo para poder observar el implante y en qué lugar se encuentra pero huelga decir que el testigo no accedió.

Este caso de abducción resultó muy interesante ya que tiene infinidad de semejanzas con otros producidos anteriormente.

Podemos citar por ejemplo el caso de Orlando Ferraudi, que después de ser investigado por varios integrantes del desaparecido grupo Onife, llega a nosotros a través del mismo protagonista, a quien pudimos interrogar durante varios meses sobre su aventura.

Orlando es abducido cuando tenía 17 años a orillas del Río de la Plata, en lo que hoy es Ciudad Universitaria. De la misma manera que el caso Crovara, una “masa oscura sale del agua”, para subir utiliza una rampa. Dentro, se encuentra en un recinto circular iluminado sin lámparas, “la luz parece salir de todos lados”. Los tripulantes son altos, rubios, de ojos claros, encontrándose hombres y mujeres.

También hay consolas y pantallas, pero lo más sugestivo es el viaje que Orlando es invitado a hacer, treinta años antes que el viaje de Luís: ambos son exactamente iguales, saliendo por el polo circunvalan la Luna, van hacia el Sol, al cual ambos testigos ven negro, regresan ingresando por el mar, donde sistemáticamente ven ciudades con cúpulas en lo profundo de la Tierra.

Igual al caso Hilda Torper, ocurrido en 1976 en Venezuela.

En nuestra mente golpetea la pregunta infaltable: ¿Por qué la experiencia es exactamente igual? ¿Acaso los E.T. llevan a sus invitados a realizar un Tour Standard, antes de realizar sus experiencias biológicas en ellos?

En estos casos, como en otros en que los seres captores responden a otra tipología, a los abducidos se le practican análisis físicos.

También implantes cerebrales. Y todos ellos han perdido un lapso de tiempo dentro de la nave, que de ninguna manera pueden recordar.

Es evidente para nosotros que si bien estos casos están estrechamente relacionados entre sí, los testigos no tenían acceso a las experiencias de los otros.

Pero, ¿Qué ocurre después del encuentro? ¿El testigo sigue con su vida normal? ¿Qué sucede con su psiquis?

Los investigadores se ocupan del hecho en sí, sus evidencias físicas, pautas de comportamiento, confiabilidad del testigo, incluso de su estado físico y psíquico en el momento del encuentro; pero muy pocos han reparado en las consecuencias posteriores al mismo.

En la mente del individuo que presencia un acontecimiento de esta naturaleza, mas allá de los sucesos vividos y aún de sus connotaciones posteriores, se abre una brecha, algo así como un nuevo horizonte y a veces rápida, a veces lenta, pero inexorablemente se establece la comunicación.

En la gran mayoría de los casos, éstas comienzan a través de los sueños, que, curiosamente, son recordados hasta en sus más pequeños detalles, aunque haya pasado mucho tiempo; y curiosamente también, en ellos se van produciendo más y más acercamientos con estos seres, a veces totalmente desconocidos por el testigo, que sólo ha visto aquel extraño aparato.

Y en algún momento, en pleno estado de vigilia, aparecen las imágenes mentales, las ideas concretas, y las voces.

El protagonista, muchas veces, no puede dar crédito a lo que le está ocurriendo, qué son aquellas ideas, que si bien sabe que no le pertenecen, están allí; en su propia mente. Se siente fuera del contexto social, a los demás no le pasa lo que a él.

Comentarlo, ¡NO!, ¿Quién podría comprender?

Sin embargo, esos seres, que en la intimidad de su mente hablan con él, no lo dejan solo. No, de ninguna manera, la comunicación se hace cada vez mas fluida, hay diálogo en las dos inteligencias, la relación se establece, se afirma y entonces comienza el aprendizaje.

Aprendizaje, sí. Y en todos los niveles. Allí están como por arte de magia, temas que el contactado no soñaba aprehender.

La inteligencia externa se convierte en un profesor en cuestiones técnicas, médicas, biológicas y muchas veces en guía espiritual.

La mente mas evolucionada ejerce una sutil subyugación sobre la otra, una especie de seducción intelectual y espiritual, que sin embargo, no esclaviza ni impone y deja siempre el lugar para el desarrollo y la producción de la otra mente.

Estos seres, que aunque afirman ser físicos, no suelen presentarse de este modo ante los contactados. Van dando a conocer pautas sobre el comportamiento de la naturaleza, y en pequeñas pero continuas entregas, también dan a conocer parte de sus propios logros como civilización. Tal vez un adelanto de lo que la civilización terrestre puede alcanzar.

Pero (otra vez la duda), ¿Por qué a él? Sin embargo la inmensa mayoría de estos contactos no se sienten especiales, no les interesa la publicidad, ni la necesitan.

Solo interesa encontrar otro contactado, confirmar lo recibido.

Y, ¿lo recibido? Los mensajes. Allí están como única prueba de sus experiencias, escritos de su propio puño y letra en un lenguaje fluido, técnico, perfecto y distinto del habitual, en originales sin tachaduras ni enmiendas... sobre temas desconocidos.

El mundo interno del contactado suele ser tan fascinante como puede ser enloquecedor, si no hace prevalecer el sentido común y trata de no caer en misticismo.

A pesar de ello, la mente parece enriquecerse, cambiar y ampliarse. Y esta historia, que no se investiga a fondo, no tiene fin definido; ningún protagonista sabe a ciencia cierta por qué la está viviendo.

¿Cuál ha sido nuestra experiencia en estos contactos?

A fines de los años 80, comenzamos a planear, formar y dirigir un grupo, con personas seleccionadas por su capacidad en percepción extrasensorial, para tratar de entablar contacto telepático con entidades supuestamente extraterrestres.

A lo largo de aquellos primeros momentos logramos éxitos significativos, como el avistamiento de “luces” en varias oportunidades con cita previa, ante numerosos testigos.

Incluso, verificando nuestra hipótesis de que el contacto no era enteramente telepático, pudimos realizar una grabación con la supuesta voz extraterrestre, lo que nos confirmó que la comunicación se realizaba utilizando algún medio de tipo electrónico desconocido.

En la generalidad los integrantes del grupo, visualizaban a estos seres como altos, rubios, de cara bondadosa, hasta que sucedió algo inesperado.

A fines de 1990, en la sede de la antigua ONIFE, los cinco integrantes del grupo de contacto se alistaron para una comunicación con las entidades habituales. El mensaje fue corto y conciso: “Se ha terminado nuestra asignación, otros vienen en nuestro lugar”.

Ante tal respuesta nuestra curiosidad fue en aumento. Reanudando la técnica del contacto, nos encontramos de pronto ante un ser bajo, gris, macrocéfalo y repulsivo. Su imagen se plasmó en el centro de la habitación que estaba en penumbras. Cuatro de los integrantes del grupo lo describieron con posterioridad con exactitud.

La impresión fue tal que el grupo se deshizo, poco después comenzaron los casos en Devoto.

¿Imaginación, fantasía o simple realidad?

 

CAPITULO 8: 
Entidades, ética y recuerdos
.

 Si bien es cierto, que desde los primeros trabajos del investigador brasileño Pereira, se han desarrollado variados modelos de diversa complejidad sobre las distintas tipologías de los “visitantes”, históricamente los investigadores ufológicos hemos simplificado las exposiciones dividiéndolos en tres grandes grupos, teniendo como común denominador su figura antropomórfica, o sea su configuración humanoide.

Podemos clasificarlos en:

  1. Seres gigantescos: con más de 3 metros de altura, estos seres han demostrado mayoritariamente comportamiento “mecánico” como un robot. Son los casos menos numerosos y se los ha visto en Argentina, Brasil, España y a fines de los años 80 en Rusia.

  2. Seres de estatura normal: entre 1,80 metros y 2,50 metros de altura, fisonomía similar a la humana, generalmente rubios, de ojos claros, vestidos con un traje enterizo y botas. Comenzaron a ser famosos en la década del 50 con los “contactos” Adamski, Menger y más recientemente Edward Meier y Sixto Paz Wells. En nuestro país, estos seres intervienen en los casos clásicos de Dionisio Llanca (Bahía Blanca), Orlando Ferraudi (Buenos Aires) y Dique La Florida (San Luís). También estos seres protagonizan variados casos, sobre todo en Sud América, donde bajan de sus ovnis ¡hablando alemán! Esto ha llevado a muchos investigadores, como los nombrados Stagnaro y Picco, ha teorizar sobre su origen terrestre y más precisamente, nazi. Es curioso notar que en todos los libros sagrados de la antigüedad (incluida La Biblia), aparecen seres similares a los descriptos. Muchos han especulado que estos seres son aquellos "dioses” que han regido mi humanidad y que incluso nos han engendrado a su “imagen y semejanza”, idea que pregonaba Mme. Blavatski en el siglo 19, y que también encontramos en tablas de arcilla sumerias de hace 6.000 años. Si nos remontamos a textos clásicos de la India como el Mahabarata y el Ramayana, cuyo origen se pierde en el principio de los tiempos, podemos asistir a una verdadera “guerra de las galaxias” protagonizada por estos seres. Pero, si estas ideas son verdaderas, estos seres también han demostrado, al igual que nosotros, su imperfección haciéndonos una raza apocalíptica, destructiva, continuamente deseosos que un dios (o su oponente) nos saque las castañas del fuego. Últimamente, según la casuística han perdido su popularidad en beneficio de la tercera tipología.

  3. Seres bajos: de 0,80 a 1,20 metros, macrocéfalos, de grandes ojos negros, rasgados; brazos largos terminados en cuatro dedos, piel gris o verde fosforescente, su comunicación parece ser telepática; gran dominio tecnológico que utilizan para atravesar paredes, desmaterializándose.

Básicamente de estos seres se trata esta obra.

Siempre los hemos considerado humanoides por su configuración física, pero también debemos evaluar su comportamiento y la espontánea expresión de los testigos en el momento del relato.

Expondremos a continuación, sintéticamente algunos puntos de interés que pueden servirnos para especular.

Los hemos dividido en características primarias y secundarias.

Características primarias:

  1. Los “grises” han demostrado aparentemente un comportamiento de tipo grupal, como pertenecientes a una mente colectiva.

  2. No se ha podido visualizar ningún atributo de tipo sexual.

  3. A pesar de su aspecto de extrema fragilidad, han demostrado poseer gran fuerza.

  4. No se ha notado movimiento de expansión torácica o abdominal que puedan asociarse a movimientos de respiración.

  5. Muchos testigos se han referido a sus ojos como poseedores de capacidad hipnótica. Además, dentro de sus pupilas algunos testigos han hablado de estructuras reticulares o multiformes.

  6. Su piel, gris en muchos casos, parece carente de toda pigmentación o melanina, propio de la vida en la oscuridad.

  7. En los “visitantes de dormitorio”, su piel brilla como produciendo bioluminiscencia y su contacto quema.

  8. Dentro del ovni, los abducidos reconocen a un ser similar pero más alto, que parece dirigir a los más pequeños. A este ser, los testigos lo reconocen como un “ella”.

  9. En algunos casos aparece dentro del ovni una tercera clase de ser, color azul o marrón, pequeños y gordos, con comportamiento de autómatas o esclavos.

10-Se presume en estos seres una comunicación de tipo telepática, aunque de la misma manera puede ser infrasónica o química.

 

Características secundarias:

  1. No parecen comprender el concepto del dolor, o tal vez su umbral en ese sentido es muy diferente al nuestro.

  2. Son especialmente sensibles a las emociones, aparentemente les sorprenden.

  3. Sus víctimas poseen un determinado grupo sanguíneo.

  4. Operan en zonas aparentemente seleccionadas.

  5. Muestran especial predilección por aspectos de la genética humana. Si su objetivo es “hibridizar” su raza con la nuestra, es evidente que su ADN es en gran medida compatible.

  6. No se ha observado que usen trajes de ningún tipo, escafandras o equipos especiales, lo que demostraría que respiran sin dificultad nuestra atmósfera.

  7. En correspondencia con el punto anterior, sería lógico suponer que no son afectados por nuestros virus y bacterias.

  8. El contacto con el humano comienza necesariamente en la infancia.

 

Una pauta que hemos encontrado en estos relatos, sea de nuestros casos o del exterior, está referida a la primera impresión que causan estos seres en el humano. El testigo, por lo general, se refiere a ellos como un “insecto gigante”.

A pesar de ser una apreciación subjetiva, llena de una gran carga emocional, no deja de ser significativa.

Siempre hemos pensado en el hombre como la máxima expresión de perfección biológica; nosotros, los mamíferos (eso somos los humanos), dominamos el mundo y mañana seguramente el espacio. Siempre hemos considerado a “los otros”, los extraterrestres, como seres de concepción similar a la humana; además, su figura antropomórfica así nos lo indicaba.

Por supuesto, muchos de nosotros que defendemos la hipótesis extraterrestre, así lo creímos siempre.

Sin embargo, amigo lector, si relee las características primarias podrá encontrar un sorprendente paralelismo con dos especies terrestres: abejas y hormigas, los insectos más evolucionados. Habitan en esas comunidades una enorme cantidad de individuos, obreras, especializadas en distintas tareas, asexuados, que parecen gobernarse a través de una mente grupal. Seres más altos, a quienes sirven, son sus reinas, las encargadas de la progenie. Las hormigas por ejemplo, son las inventoras del concepto de “esclavitud”, capturando especies de hormigas inferiores para que trabajen para ellas. Aquí tenemos en similitud, los tres estratos que ven los testigos dentro del ovni.

Características como su aparente fragilidad, sus ojos compuestos, su falta de movimientos respiratorios, la bioluminiscencia, su falta de vello y color, son propiedades comunes a muchas especies de insectos, al igual que la comunicación, que bien podría ser química como en las hormigas.

Dentro de las características secundarias también encontramos similitudes. Los insectos mutan para hacerse inmunes a los venenos e insecticidas, y pueden vivir prácticamente en cualquier ambiente.

Podemos mutilar un insecto a grado sumo y sin embargo seguirá moviéndose y llevando a cabo su tarea programada genéticamente, como si el dolor no existiera.

También los insectos moran en zonas determinadas y al agotar los recursos emigran en masa a depredar una nueva región.

Con estos, ¿Queremos decir que estamos ante una raza de insectoides?

No lo sabemos, pero no podemos dejar de pensarlo. Las similitudes son muchas y variadas. Para asegurarnos de su verdadera naturaleza, necesitaríamos realizar exámenes completos sobre el cuerpo de un alienígena, si verdaderamente el caso Roswell es verdadero, posiblemente las autoridades norteamericanas ya puedan responder esta pregunta fundamental.

Posiblemente en el plano universal (simple especulación, por supuesto), sea más probable la evolución de una raza con características insectoides que una con características mamíferas. ¿Adónde vamos con esto?

Si efectivamente es así, su moral, su concepción de la sociedad, sus prioridades y la manera de ver el Universo, sean completamente diferentes a las nuestras. Lo que para nosotros es una “víctima inocente”, tal vez para ellos sea una necesidad sin remordimiento

¿Qué pensaríamos de una sociedad donde se desprecie el individualismo? ¿Podrían aplicarse con ellos los denominados derechos humanos?

  • No sabemos a que nos enfrentamos y que esperar de ellos.

  • No sabemos si podemos entablar un diálogo en ambos sentidos.

  • No sabemos si llegado el caso, podríamos sobrevivir a un contacto pleno.

Por ejemplo: ¿Por qué la experiencia comienza en la niñez?

¿Es lógico? Nosotros creemos que tiene que ver con el aprendizaje y el habituarse a su presencia, dos cuestiones fundamentales para sobrevivir a los encuentros en la adultez, cuando se llevan a cabo los experimentos más cruentos.

Los etólogos (aquellos científicos que estudian el comportamiento animal), hablan de “impriting”, o sea de imágenes que el animal ve en su niñez y que le permiten, en algunas variedades, reconocer a su madre y al ambiente que le rodea.

Recordemos que los abducidos “reconocen” al ser que los rapta.

Los niños raptados pueden recibir perfectamente acondicionamiento o instrucción de tipo subliminal, de naturaleza desconocida y útil a los futuros contactos.

¿Esto es denigrante para nuestra raza?

Nosotros lo hacemos habitualmente con ocas y ratones, y los medios acondicionan a nuestros hijos a que compren toda una serie de productos inútiles que pasan a ser imprescindibles.

Tal vez nuestros derechos “civiles” queden subyugados por su necesidad de proseguir sus experiencias, y no nos referimos únicamente al aspecto físico, sino también al psíquico. El hecho de “borrar” nuestra memoria al finalizar la experiencia vulnera también principios éticos fundamentales en nuestra cultura.

Ni siquiera la hipnosis profunda trae a la luz todos los recuerdos sumergidos. Los investigadores sabemos que existe una “amnesia dentro de una amnesia” a la que no podemos acceder.

¿Puede ser esto factible? Perfectamente.

Nosotros poseemos dos tipos de memoria, la de corto plazo y la de largo plazo. Los hechos comunes no nos llaman la atención, en poco tiempo se olvidan; pero si estos hechos nos interesan vivamente o los fijamos a través de la repetición, pasan a engrosar los recuerdos a largo plazo.

La memoria de corto plazo es bioeléctrica y la de largo plazo es bioquímica.

La memoria de corto plazo se transforma en memoria de largo plazo en aproximadamente 15 minutos, codificándose en el ARN (ácido ribonucleico).

Se ha probado en experiencias de laboratorio que aplicando una descarga eléctrica (electroshock) se “borran” los recuerdos inmediatos, o sea se produce una “amnesia” artificial (no por trauma o por accidente).

¿Están los ET utilizando este método?

Ciertas marcas en los visitados así nos lo indican.

De la misma manera, una civilización avanzada podría “implantar” recuerdos o informaciones, codificándolas en el ARN humano (no confundir con ADN).

Estas informaciones pueden aflorar en momentos determinados.

Siempre nos hemos preguntado porque los "hombres contacto” desarrollan espontáneamente informaciones técnicas, estas “comunicaciones” siempre se producen después de un “acople” en su oído. Este acople o ruido intenso en el oído es un fenómeno de lo más interesante, y creemos firmemente que se produce a través de un dispositivo electrónico utilizado por los ET.

Para dar un ejemplo lo emparentaremos con el fenómeno de los llamados “aerolitos silbantes”. Este efecto de los aerolitos intrigó a la ciencia durante muchísimos años, ocurrió que cientos de testigos que veían caer un meteorito argumentaban que también escuchaban un “silbido”.

Estos meteoritos se incendian en la alta atmósfera, que es cuando se visualizan desde la superficie de nuestro planeta. El hecho es que los científicos aseguraban que era imposible ver el destello y escuchar el sonido al mismo tiempo, la razón tiene que ver con los principios de la física, la luz viaja a 300.000 kilómetros por segundo y el sonido a 1.200 kilómetros por hora; evidentemente no se puede ver y escuchar al mismo tiempo. Sin embargo los testigos insistían.

¿Cuál fue la explicación?

El meteoro cuando comienza a quemarse por la fricción atmosférica, ioniza el aire, lo que produce la estela de luz, al mismo tiempo este mismo efecto genera un pulso electromagnético (que se desplaza a igual velocidad que la luz), que incide en los pequeños huesos del oído medio del testigo, creando un sonido. Por esta razón la luz y el silbido se perciben al unísono.

Nosotros creemos que el acople en el oído de los contactos se produce por un proceso similar, aunque artificial.

¿Esta señal dispara un mecanismo para hacer aflorar estos recuerdos implantados?

¿Hay algo que nos indique esto?

No queremos adelantar nuestras conclusiones, pero muchos profesionales de la salud nos han indicado que estimulando eléctricamente el hipotálamo (lugar del cerebro donde teóricamente están alojados los implantes extraterrestres), produce una descarga hormonal que entre otras cosas incita a una gran producción de orina.

Este es un dato clave ya que después de una “visita” o “contacto telepático”, el testigo sufre de enormes descargas de orina, llegando a levantarse entre 8 y 10 veces para orinar en una noche.

¿Imponer información es más o menos ético que suprimirla?

Tal vez sea común en su colmena y ni siquiera se cuestionen o imaginen que tenemos indignación por esa causa.

A veces se nos pregunta por qué no hay un contacto pleno.

La respuesta es simple: sería catastrófico.

Ninguna estructura económica, financiera, política, social o religiosa, sobreviviría al proceso de aculturación.

Tenemos sobrados ejemplos en la historia de la humanidad para sustentar esta opinión.

Recuerde el lector la desaparición de nobles y avanzadísimas civilizaciones americanas con la llegada del conquistador español a nuestro continente.

El mismo ejemplo en la conquista y “colonización” del África por intermedio de los ingleses durante el siglo pasado (como dato anecdótico diremos que H.G. Wells basó su novela “La guerra de los mundos”, en esta acción cruel y despiadada, donde el invasor europeo utilizaba un arsenal “casi de otro mundo”, con respecto al primitivo de los pueblos africanos).

Hoy estamos inmersos en un proceso de “globalización”, lo que traerá aparejado la desaparición de costumbres, idiomas, expresiones artísticas autóctonas y la remodelación de nuestra cultura a favor de una extrajera.

No decimos que sea o no correcto, es un hecho cierto que esto ocurrirá con el correr de los años.

El beneficio (creemos) será la unificación de las naciones de la Tierra bajo un mismo gobierno, en contraposición se ahondarán las diferencias entre las diferentes etnias.

Imagine Usted, lo que pasaría con una civilización de otro mundo, con valores y conceptos totalmente diferentes. Las consecuencias son inimaginables.

 

CAPITULO 9: 
Aspectos fisiológicos de los visitados.

 A lo largo de nuestras investigaciones sobre estas visitas extrañas y extraordinarias también, debimos poner mucho énfasis para encontrar denominadores comunes.

Las circunstancias de estas experiencias se repetían continuamente, siguiendo un patrón que, según los datos que obteníamos de investigadores extranjeros, era casi exacto. Las únicas diferencias que pudimos encontrar aquí, fueron que los protagonistas recuerdan conscientemente gran parte, si no toda, la experiencia y que todo sucedía en el dormitorio.

El hecho de que todos nuestros investigados presentaran cicatrices, algunos con el recuerdo conciso del visitante manipulando un instrumento sobre su piel o introduciéndolo en el cuerpo, nos hizo reflexionar en la necesidad de aglutinar los casos bajo pautas comunes en las condiciones del protagonista.

Así dirigimos nuestra atención sobre las características genéticas, orgánicas o fisiológicas de estas personas.

Comenzamos buscando en ellos una constante en cuanto a grupos sanguíneos y factor RH.

Nos sorprendió encontrar el mismo grupo y factor en la mayoría, pero, por supuesto no habiendo una enorme variedad en este caso, sólo podía tratarse de coincidencias.

Sin embargo notamos que algo importante ocurría en cuanto al grupo y factor sanguíneo de la descendencia.

Los hijos de los protagonistas, no tienen la sangre, esto es, grupo y factor sanguíneo de ninguno de los dos progenitores.

Genéticamente, por las leyes de la herencia, si el padre es portador de sangre del grupo 0, factor RH+ y la madre, a la vez, tiene sangre del grupo B del mismo factor RH+, los hijos deberían tener o uno u otro, o sea, o 0RH positivo o bien BRH positivo (cero RH positivo o B RH positivo).

Pero nos hemos encontrado con descendencia que difiere en grupo con respecto a sus padres en uno casos, conservando el mismo factor RH. Y en otros casos, cambiando el factor y no el grupo.

Ejemplos:

Caso D.R.F. (Familia Franco)

Grupo Factor RH

Padre de familia 0 +

Madre B +

Hija A +

 

En otros casos el visitado investigado por nosotros tenía sangre B+.

Pero al indagar más, descubrimos que antes que él, su madre había tenido experiencias desde muy joven. Así tenemos en este caso:

Grupo Factor RH

Padre de familia 0 +

Madre A +

Hijo B +

 

Otro caso interesante. Ambos progenitores con el mismo grupo y factor; los hijos cambian el factor RH y no el grupo.

Grupo Factor RH

Padre de familia 0 +

Madre 0 +

Hijo 0 -

Hijo 0 -

 

Por supuesto, nos lleva esto a pensar que se están llevando a cabo en nosotros, algunos cambios, algunas mutaciones asociadas con los visitantes extraños.

Es evidente que las cicatrices responden a un plan muy bien orquestado.

Hemos notado que todas ellas, se hallan sobre huesos.

Este dato, que debe revestir importancia, nos lo trae una querida colaboradora, la Sra. Vilma Echeverría.

Es en esos lugares, donde se advierten punciones.

Estas son (observadas hasta el momento):

  1. Clavícula zona izquierda.

  2. Costillas debajo de la axila izquierda.

  3. Cadera, sobre el hueso Ilíaco, zona derecha.

  4. Pierna, sobre la Tibia, pierna derecha.

También se han registrado hemorragias por nariz, oídos, recto (en los hombres) y vagina.

Los cortes con apariencia de cicatriz aparecen detrás de la oreja derecha y en la espalda.

Podríamos suponer, que las punciones o puntos observados obedecen a extracciones, mientras los sangrados tal vez a introducción de objetos (como sondas).

Como pudimos observar, el fenómeno abarca familias enteras, de padres a hijos y nietos. Pero los indicadores que manejamos, nos dicen que comienzan por el portador de sangre 0 RH +.

Dentro de las observaciones realizadas, nos percatamos de algún tipo de anomalía fisiológica, en oportunidades concretas, por ejemplo, luego de un encuentro con los seres, o cuando el protagonista sufre acúfenos (silbidos ensordecedores en los oídos). Durante la noche, el visitado produce grandes cantidades de orina. Como hemos descripto en capítulos anteriores, hemos tenido información de casos donde el protagonista debe levantarse entre 8 y 10 veces, interrumpiendo el sueño.

Lo curioso es que a pesar de ello, vuelve a dormir.

Gracias a la investigación de la Sra. Silvia Pérez Simondini, supimos que no sólo ocurre en los humanos, sino también en animales, en relación con huellas dejadas por ovni.

Tal vez, el fenómeno se deba a algún tipo de radiación remanente que acompaña al aparato o al visitante.

Otra modificación observada en los visitados, en relación con las marcas del cuerpo, luego de producidas, es que se advierte un leve aumento de los glóbulos blancos. Generalmente, los profesionales no encuentran foco infeccioso alguno. Por lo tanto puede ser una reacción defensiva solamente, ante la intrusión en el cuerpo de elementos extraños.

Sí hemos advertido en nuestros investigados una mejor y rápida cicatrización ante heridas y quemaduras producidas comúnmente (accidentes de trabajo, en el hogar, etc.).

También, presentan alergias en mucosas y vías respiratorias.

Lo que últimamente ha llamado nuestra atención es que presentan una molestia en la garganta. Tienen la sensación de que una esferita se dilata y se contrae en la zona media de la faringe, a veces, con mucho dolor y picazón. En algunos casos trae disfonías al tocar las cuerdas vocales. En todos los casos, el diagnóstico ha sido faringitis por alergia.

Consultamos con el Dr. Norberto Arias, Profesor de la Cátedra de Histología en la Universidad de Buenos Aires, con respecto a nuestras observaciones (sin revelar la verdadera investigación).

Él nos confirmó que por las leyes de la herencia, los hijos llevan la sangre de uno de sus padres o bien la combinación de ambas.

Por lo tanto los casos investigados presentan anomalías que no podemos explicar eficientemente, ya que pudimos comprobar que no existe adopción.

Es singular que a pesar de no tener la sangre de sus padres, comprobamos en nuestros investigados otros rasgos hereditarios como por ejemplo, una deformación de la vesícula biliar idéntica a la que tiene el padre.

Con respecto al fenómeno de las grandes descargas de orina, el Dr. Arias nos indicó que el centro disparador de la diéresis se encuentra en la región del hipotálamo en el cerebro, que puede ser estimulado con una corriente electromagnética. Lo cual podría explicar esta reacción, asociada con la visita y con el zumbido que se produce en el oído. Con respecto a esto último, podemos especular sobre algún dispositivo que los extraños introducen en el cuerpo, que sea capaz de emitir alguna corriente electromagnética suave (en el capítulo anterior discutimos otra posibilidad).

No hemos podido comprobar en nuestros casos ningún implante, pero en EEUU se han podido recuperar algunos, extrayéndolos del cuerpo del abducido. Estos están siendo investigados en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

En la gran mayoría de los casos en que el abducido es de sexo femenino, se produjo una temprana maduración de los órganos genitales.

En tres de estos casos, las protagonistas recuerdan una pérdida hemorrágica entre los 6 y 7 años de edad. En otros dos casos, la menarca (primer sangrado menstrual) se produjo a los 9 años de edad.

No podemos dejar de recordar, que en uno de los casos investigados, la testigo sufre una punción en el vientre, percibiendo un agudo dolor en el útero, que hasta ese momento presentaba un fibroma (ref: caso Sandra y Sergio, capítulo 3). Este fibroma estaba produciendo fuertes hemorragias en la mujer de sólo 27 años de edad, que cesaron luego de la supuesta intervención de estas criaturas. La protagonista de este episodio, lleva a término un embarazo normal producido a los pocos meses. Las ecografías de control que se realizaron, mostraron un útero sano, sin rastros del fibroma anteriormente diagnosticado.

En cuanto al aspecto psicológico de los testigos investigados, hemos notado un muy buen dominio emocional a pesar de las experiencias traumatizantes vividas.

Todos ellos son personas lúcidas, con claro sentido común, que no hacen de estos episodios la culminación de sus vidas, ni buscan publicidad.

Hemos encontrado en ellos gran sensibilidad artística, humildad, y una visión humanitaria muy desarrollada.

En casi todos los casos, luego de las visitas, nuestros entrevistados han dado muestras de un aumento en sus capacidades paranormales y también la aparición de psicorragia (desborde incontrolado de Psi) produciendo los denominados Poltergeist (técnicamente: Psicoquinesis Espontánea Recurrente), que se asocian a estados de estrés. Es llamativo el hecho de que la mayor cantidad de fenómenos paranormales de tipo Psi Kappa (es decir, cuando la mente interfiere o interactúa con la materia) estén relacionados con elementos eléctricos o electrónicos. Suele ocurrir que las luces de la casa se enciendan o apaguen solas, como así también las de alumbrado público. Descomponen computadoras, televisores o cualquier aparato electrónico con solo tocarlo y a veces, pasando cerca.

La experiencia indica que no atribuyen estas condiciones a los episodios con los visitantes de dormitorio.

Vemos, con todo lo expuesto, que existe un gran interés por parte de estos extraños en la genética humana, en su reproducción y en sus emociones.

De este punto en adelante, sólo podemos especular, sin tomar el lector nuestras ideas como ciencia cierta.

Creemos que están interesados en nuestra constitución genética ya que a de servir a sus fines científicos, tal vez no sólo para el estudio de nuestra raza, sino también para la creación de un ser híbrido que lleve las condiciones de ambas especies.

Esto lo probaría la cantidad de casos de embarazos producidos luego de las abducciones o de visitas en el dormitorio y su posterior extracción después de los tres meses.

Advertimos que especulamos con una remoción del feto y no una pérdida o aborto espontáneo, ya que en los casos investigados tanto en el exterior como en nuestro ámbito, se produjeron pérdidas importantes de sangre, pero no se halló feto. La supuesta pérdida fue producida durante el sueño, amaneciendo la protagonista bañada en sangre en su cama sin recordar los dolores y la posterior expulsión.

En estos casos, los embarazos fueron diagnosticados por los medios usuales.

Además, estas mujeres tuvieron una temprana maduración de sus órganos generativos.

En algunos de los casos, desconocen el momento en que se produjo dicho embarazo, mostrando perplejidad ante el hecho en sí.

Suponemos, por lo tanto, que hay una preparación genética de la persona desde su infancia para que su cuerpo acepte el embrión y lo alimente durante un tiempo, hasta su remoción. Es más, dados los casos en que las visitas empiezan en las familias desde los ancestros podríamos encontrarnos ante la modificación o en su defecto, adecuación genética programada, hasta llegar a la obtención de un organismo huésped perfectamente preparado.

En cuanto al híbrido, quienes esto escriben siempre creyeron que mezclar petunia con cerdo era imposible. Pero la curiosidad nos llevó a averiguar con profesionales idóneos. En las consultas con un integrante del CONICET (Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) sobre este tema, surgió la confirmación de que se realizó un híbrido entre humano y simio en un laboratorio europeo (en Italia) y que el embarazo llegó a término.

Según nuestro consultado, los experimentadores mantuvieron en secreto el hecho por su significación y por que según el profesional, se asustaron de su propia obra.

Así pues, si en nuestro medio pudo lograrse una hibridación con las técnicas conocidas alrededor de los años 80, entendemos que muy bien lo lograrían inteligencias avanzadas en cuanto a la ciencia terrestre.

Pero es evidente que el producto de esta mezcla no debe llegar, o no puede, al término de gestación normal humana.

Podría esto deberse a que su formación más rápida complete al nuevo ser en sólo cuatro meses y resista luego una incubación breve. O puede ser que a partir de ese cuarto mes el organismo materno comience a producir algún tipo de rechazo a lo no humano que albergue ese hijo y que sea removido antes que eso ocurra. Es muy posible también que ese ser híbrido, no pueda resistir el medio ambiente terrestre.

¿Para qué producir un ser de este tipo?

¿Qué características tenemos los seres humanos que les son necesarias a "ellos”?

Parecen tener curiosidad por nuestra sexualidad.

Supongamos por un momento que son una raza análoga a cierto tipo de insectos terrestres, por ejemplo las hormigas o las abejas, tal como lo tratamos en el capítulo 8. Como todos saben, son sociedades dominadas por una reina que hace las veces de aparato reproductor, ya que es la única que debe poner huevos, siendo fecundada una sola vez por un único macho de la colonia.

La reina dará a luz (por así decirlo) a los integrantes de su colonia entre los cuales habrá gran cantidad de obreras que nunca podrán reproducir y tal vez una sola entidad hembra que formará su propia sociedad, a parte de su progenitora.

Supongamos que este hecho puede ser la causa que una colonia de entidades análogas a las abejas pero ajenas a nuestro sistema esté en vías de extinción por infertilidad.

Podría haberles llamado la atención nuestra anatomía y forma reproductiva. Y tal vez encontraron que somos compatibles con ellos aplicando algunas pocas modificaciones en, quizás, ambas especies.

Dentro de las diferencias, se encontrarían también la sensibilidad, sobre todo nuestro umbral de sensibilidad al dolor y las emociones humanas, que, por los relatos de los testigos, ellos no parecen comprender.

En cuanto a las experiencias en sí, hemos notado que hay una fase de las mismas, tal vez la más traumatizante, que no se recuerda o que aparecen muy vagas en la memoria del individuo. Podría deberse, como antes lo tratamos, de una amnesia provocada, tal vez por inducción de corriente eléctrica.

 

 
CAPITULO 10: 
 Epílogo

 Hemos tratado a lo largo de esta sintética obra, de dar a través de testimonios de primera mano, una inquisitiva mirada dentro de la apasionante y a la vez desconcertante fenomenología de los “visitantes”.

Como podrá haber notado el lector, hemos circunscripto las descripciones y explicaciones a casos ocurridos básicamente en Buenos Aires, sin haber “echado mano” a casuística proveniente del extranjero, lo que hubiera aparejado un aumento considerable de páginas y la pérdida de sentimiento de “esto ocurrió aquí”.

Hemos notado asimismo que obras similares recurren habitualmente a casos ocurridos básicamente en EEUU, lo que parecería indicar que sólo ocurren casos en el país del norte; esto evidentemente no es así.

Nos enfrentamos con un fenómeno mundial, de inmensas proporciones y de consecuencias inimaginables.

Las pautas de comportamiento, aspectos psicológicos y fisiológicos investigados y tratados en esta obra, son similares en muchos aspectos a los detallados a través del Proyecto Visita, dirigido por John Schuessler y por los estudios realizados por la Fundación Intrusos, dirigida por el investigador Budd Hopkins, ambos en EEUU; similitud que reafirma la validez de las investigaciones y la realidad objetiva del fenómeno.

Nuestra idea, desde el comienzo, fue la de plasmar una investigación original y no la de producir lo que comúnmente se denomina un “refrito”, o sea una reiteración de casos ya publicados por otros autores en otros tantos libros que tratan particularmente de esta fenomenología. Nobleza obliga, expresar nuestra admiración por los pioneros en estas investigaciones y primeros en tratar este tema, como el nombrado Budd Hopkins y el escritor W. Strieber, autores de “Intrusos” y “Comunión” respectivamente. En Argentina, el investigador y escritor Marcelo Bigliano edita un excelente libro llamado “Secuestrado por Humanoides”, que entendemos ha sido el primer libro aparecido, de autor nacional, sobre este intrincado tema.

Por otro lado, con el objeto de sintetizar y no obstruir la fluidez del relato, hemos “guardado” algunos casos investigados que hubieran reafirmado los publicados, aunque sin aportar nuevos elementos que ayudaran a comprender mejor la problemática.

Estamos convencidos que solamente contemplamos, como diría un conocido investigador español, la punta del iceberg. Seguramente existen casos a lo largo y a lo ancho de todo nuestro país, casos a los que nunca vamos a acceder por motivos de distancia u oportunidad, aunque el principal siga siendo que el testigo teme que se lo tome por loco.

Nuevos enfoques y teorías se están desarrollando en nuestro país para explicar esta fenomenología, los trabajos del Doctor Berlanda y del Doctor Acevedo, ambos de Rosario, son sumamente interesantes en su desarrollo. Al igual que los del Doctor John Mack, profesor de la Universidad de Harvard y premio Pullitzer, autor del libro “Contacto”, donde narra el secuestro de 13 ciudadanos norteamericanos por seres extraterrestres.

Con nuestras teorías no pretendemos haber llegado a la verdad, solamente elaboramos una hipótesis que se ajusta a los hechos descriptos. Como dijimos anteriormente, este tema sobrepasa a los ufólogos e investigadores de hechos insólitos.

Se necesitará un esfuerzo mancomunado e interdisciplinario para intentar armar este rompecabezas.

Hoy, hemos notado que representantes de la ciencia ortodoxa se acercan, aunque cautelosamente, a requerir información de estos relatos, dando rienda suelta al principio generador de la investigación pura: la curiosidad.

Sin embargo queda un tema, un “cabo suelto” sumamente importante: cómo ayudar a los visitados y abducidos.

Hemos comprobado a lo largo de estos años, que el testigo siente un enorme alivio contando su experiencia al investigador. El hecho de sentirse escuchado y comprendido, y de saber que no es un “caso único en el mundo” lo ayuda inmensamente en retomar su relación con la familia, su trabajo y su vida social; aunque indefectiblemente el testigo cambia su actitud ante la vida después del encuentro, marcando este hecho un punto de inflexión fundamental.

No hemos sentido (o tenido) la necesidad de organizar grupos de apoyo para visitados a la manera como se hace Alcohólicos Anónimos. Se crea una relación de mutua confianza entre el investigador y el investigado que parece suplir la necesidad de compartir los relatos con personas que hubieran pasado por lo mismo. Debemos siempre recordar que el “caso” es un ser humano, una persona que necesita de nuestra comprensión y ayuda, no de explicaciones porque no las tenemos.

Hemos visto como a veces investigadores poco cuidadosos utilizan un caso para subir al “estrellato”, sin darse cuenta que con esa acción el testigo sufre a su vez un “estrellamiento” social. Existe indudablemente una enorme cantidad de tabúes en nuestra sociedad que impiden hablar libremente de estos temas. Estos mismos tabúes frenan el interés de muchos científicos, temerosos del descrédito profesional y las consecuencias laborales. Sin embargo los testigos están allí, esperando nuestra ayuda o consejo.

Tal vez, llegado el caso, debamos tomar el ejemplo de las reuniones de abducidos que organiza la Fundación Intrusos, formando un auténtico grupo de auto ayuda. Sin embargo consideramos que la dirección y el tratamiento a realizar para integrar esas experiencias a sus vidas, deben ser realizadas por profesionales de la salud mental, especialmente psiquiatras interiorizados en el tema.

Hoy vemos, aunque sea aventurada la confianza, que comienza a notarse una actitud abierta por parte de ciertos representantes de la ciencia, fuera y dentro de nuestro país; tal vez podamos vislumbrar en un futuro cercano cambios realmente significativos.

¿Podemos resolver definitivamente este enigma?

No somos optimistas. Muchas veces se anticipó, a través de investigadores, gurúes y contactados, el fin del misterio en una fecha próxima, de la misma manera que el fin del mundo, o la segunda venida de Cristo o la llegada de Lucifer. Es una constante que nunca sucedió.

La caída de los velos del secreto del mayor enigma de la humanidad seguramente no acontecerá nunca.

Tal vez no debemos mirar al cielo en busca de ese ovni, de ese ser superior en tecnología y conocimiento, sino por el contrario, buscar sutiles e imperceptibles (en un principio) cambios en el hombre y en su futura descendencia, los que se conviertan posiblemente en la llave que abra el reino de la “Ciudadanía Cósmica”.

 

 

 

 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

 

  • Las pruebas materiales de la Tierra Hueca. H. Picco

  • Abducciones, el informe Roper. Juan E. Faillá.

  • Viajeros del Tiempo. R. Gerstel

  • Revista Ovnis, armas secretas. Javier Stagnaro.

  • Revista Investigando. Alberto Tunich.

  • Secuestrados por humanoides. Marcelo Bigliano.

  • Contacto. John Mack.

  • Intrusos. Budd Hopkins.

  • Comunión. W. Strieber

  • Infiltrados. J. Guijarro.

  • Revista Más Allá. JC Ediciones S.A. España.

  • Revista Año Cero. Ed. América Ibérica S.A., España.

  • Revista Cuadernos de Ufología. J. Arcas y J. Ruesga, España.

  • Otros mundos. Paul Davies.

  • La frontera del infinito. Paul Davies.

  • Boletín Shambhala. Liliana y Eduardo Grosso.

  • Un viaje interrumpido. J. Fueller.

  • Revista del MUFON. Mufon Ed. EEUU.

  • Revista Almanaque Mundial. Ed. América S.A. EEUU.

  • Revista UFO, Top Secret. Marcelo Bigliano.

  • Revista Ciencia, Cultos y Religiones. Círculo Editor SRL.

  • Revista Cuarta Dimensión. Ed. Cielosur.

  • Revista Contacto Ovni. Corporativo Mina S.A. México.

  • Boletín Aurora. Pablo Warmkrauft.

 

Nota: Todos los casos relatados, se extraen de investigaciones propias realizadas entre los años 1988 y 1997.

 

 SOBRE LOS AUTORES:

Eduardo L. Grosso es Licenciado en Administración de Empresas, investigador en el campo de la Parapsicología y el fenómeno Ovni.

Liliana E. Flotta de Grosso es docente y esteticista; también investigadora de fenómenos parapsicológicos y ovníloga.

Desde 1987, dirigen el Instituto de Parapsicología Investigativa y el Centro Cultural Shambhala. Han brindado gran cantidad de conferencias y seminarios sobre su especialidad y publicado artículos en diversos medios de Argentina y del exterior.

A partir de 1986 comenzaron a estudiar los casos de abducciones y “visitantes de dormitorio”, debido a la abundante casuística que comenzaron a recoger en nuestro país.

En 1994 fueron premiados con el premio “Educarte 1994” por su labor de investigación y labor en el medio radiofónico, premio otorgado por la Secretaría de la Minoridad y el Ministerio de Educación de la Nación.

En este momento se encuentran abocados al estudio integral de esta fenomenología, dirigiendo un grupo interdisciplinario a tal efecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
   
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