por Angel Rodriguez Alvarez

Según una información aparecida en un diario ruso, concretamente en el Diario PRAVDA, los platillos volantes son el resultado, uno de los resultados de la carrera armamentística de la Guerra Fría.
Ambos bandos, la Unión Soviética y los Estados Unidos de América llevaron a cabo la fabricación y el empleo de estos ingenios para ser utilizados, principalmente, como aparatos de reconocimiento, es decir, como vehículos aéreos espía.
La información toma como base las declaraciones de un ingeniero ruso que participó directamente en la construcción y el desarrollo de estos vehículos, que en la actualidad siguen en servicio activo.                        
A través de este diario, esta información que había sido mantenida en secreto y conocida tan sólo en el ámbito militar hasta ahora, ha llegado hasta la opinión pública. Podría confirmar, de ser así, las sospechas de aquellos investigadores que siempre atribuyeron un origen militar a estos aparatos.
Los aparatos de pimera generación tenían una autonomía muy limitada, por lo que, para poder actuar sobre el espacio aéreo soviético, los Estados Unidos debían desplegar submarinos en las inmediaciones de esos países. El período de mayor actividad sobre el espacio aéreo soviético fue en las décadas de 1980 y 1990.
Cuando la U.R.S.S. comenzó sus investigaciones en este campo, los Estados Unidos estaban ya preparando los platillos volantes de tercera generación.
El ingeniero norteamericano Chance Vought se dedicó a la investigación y desarrollo de los platillos volantes ya en 1911. La primera generación de platillos volantes aparecieron a finales de los años cuarenta, en E.E.U.U. Este hombre intentó desarrollar un platillo volante en "forma de paraguas", que con su forma graciosa y rara fue el predecesor de estos aviones discoidales tal y como los conocemos ahora.
En comparación con el principio de vuelo de los aviones tradicionales, el de estos artilugios es el de lanzar el plato volador con el impulso de la fuerza de ascenso producida por medio de vibraciones rápidas sobre el aire de abajo. Durante el curso de fabricación del "avión de paraguas" los ingenieros descubrieron que era posble producir una fuerza mucho más poderosa de ascenso. En aquel entonces, los científicos aún no dominaban toda la tecnología sobre la fuerza de vibración y la frecuencia de onda ultrasónica, de manera que la investigación y desarrollo de los platos voladores se alejaron, poco a poco, de la vista del público.
Sin embargo, la investigación y desarrollo de las aeronaves discoidales siguió adelante , bajo total secreto. La empresa constructora de aviones establecida por Chance Vought, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cooperó con el Departamento Naval de los Estados Unidos para producir el plato volador "Skimmer", el cual no fue visto como un gran avance por la gente en aquel entonces, sino considerado como una variante del avión con motor de hélice. Pero ésto no descartó la posibilidad de que Chance Vought produjera ese tipo de avión, en aquel entonces, para realizar ensayos especiales sobre la fuerza de ascenso aerodinámico del motor electrocinético. Las primeras aeronaves discoidales aparecieron en los Estados Unidos en los años 40, y empezaron a ser vistos con mucha frecuencia a finales de esa década, dando nacimiento a la Ufología actual.
La opinión pública mundial, pero sobre todo la norteamericana pensó que estaban avistando aeronaves de origen  extraterrestre.
Estos platillos volantes tenían una forma parecida a los antiguos amplificadores telefónicos. Muchos de los hechos protagonizados por estos aparatos siguen siendo un misterio en la actualidad, como podría ser el caso de Roswell, muy conocido en los ambientes ufológicos y fuera de éllos, pues aceptar su realidad pondría en aprietos, en más de un sentido, a las autoridades de los países implicados en la fabricación de estos platillos, que tendrían que dar muchas explicaciones.
Para obtener la necesaria fuerza de ascenso, esta primera generación de platos voladores empleaban el sistema de propulsión a chorro hacia el suelo, a la manera de los VSTOL, combinado con otros sistemas de propulsión. Al mismo tiempo giraban sobre sí mismos, creando contínuos torbellinos de vibración a través de una membrana vibrante, lo que limitaba la autonomía de vuelo, pues el dispositivo de impulso electromagnético era muy pesado. Los accidentes eran muy frecuentes y entre éllos, muchos investigadores incluyen el estrellamiento de Roswell.
Cuando ya los Estados Unidos experimentaban con la tercera generación de discos volantes, comenzó la fabricación de la primera generación de discos en la Unión Soviética. Estamos hablando de los años 60 y 70 del pasado Siglo XX. En esta carrera los estadounidenses llevaban siempre la delantera. El académico Victor Shklovsky afirma que en el Universo, aparte de los seres humanos de la Tierra no existe ningún otro tipo de seres, lo cual es mucho afirmar, y no son palabras propias de un académico racional, la verdad. Claro que éso podría tratarse de la postura oficial de los organismos soviéticos, y concluye que no existen seres extraterrestres y que cualquier información en ese sentido es una tontería. Algo absurdo. Otra cosa sería que hubiese afirmado que, de existir, no estaba probado que nos estuviesen visitando. Eso hubiera sido más aceptable.
Dada esa limitación en la autonomía de vuelo, los platos voladores de los Estados Unidos debían despegar en las cercanías de la zona donde iban a actuar, por lo que los enviados a las áreas de la Unión Soviética fueron lanzados por submarinos frente a las costas de ese país y como consecuencia de éllo aparecieron los informes de avistamientos de OVNIS ascendiendo desde el  fondo del mar. Pero ésto no se circunscribe a esa zona, pues informes de esa naturaleza se dieron en diferentes partes del mundo. Se impuso, al mismo tiempo, por parte de las autoridades soviéticas una censura férrea sobre las publicaciones y en cualquier medio de difusión, sobre las noticias sobre ese tema, que bajo la tapadera de "extraterrestre" imponía silencio, en realidad, sobre los proyectos militares de esos artilugios. Una forma de actuar muy conocida en Ufología.
Una revista autorizada rusa reveló una técnica de vibración de uso civil que se empleaba en los aviones IL-86, para impedir la congelación de sus alas. Esa técnica era la que se estaba empleando en la propulsión de los platillos volantes militares.
Esta misma revista dió a conocer un artefacto de inducción para producir vibraciones en los aviones de aluminio.
Posteriormente, los avances tecnológicos hicieron que se modificasen las características técnicas de estos aparatos, dejando de usarse campos electromagnéticos con los que se hacía vibrar la membrana propulsora. El cuerpo de este vehículo volador, hecho de materiales cerámicos piezoeléctricos, utiliza ese efecto, o sea, la diferente carga eléctrica en la superficie de ciertos medios cuando éstos se deforman debido a la acción dinámica, para producir vibraciones. La forma de los platillos volantes de esta segunda generación, hecha con esos materiales piezoeléctricos ya no mantiene la clásica forma discoidal, apareciendo las formas esféricas, elípticas, etc.
Las autoridades militares estadounidenses mantienen el secreto sobre la documentación y las características técnicas de los platillos volantes, pues nunca han dejado de usarlos como armas secretas. La presencia de estas aeronaves sobre los cielos de Irán, así como en áreas de conflictos bélicos o de tensiones políticas, demuestra que se siguen utilizando como armas secretas. El secreto, en ese sentido, sigue siendo total.
El platillo volante no es algo de ciencia ficción, ni es un aparato a bordo del cual viajan los supuestos seres extraterrestres que, según afirma mucha gente, estarían visitando nuestro planeta.
El platillo volante es un vehículo con tecnología terrestre muy avanzada, que puede volar en diferentes direcciones, utilizando un anillo turbopropulsor. Al igual que con los insectos, el torbellino juega un papel importantísimo para producir la capacidad de elevación.
Uno de los problemas, (entre otros), que se presentan a la hora de poder revelar esta ténica utilizada por los platillos volantes, es que perjudicaría gravemente los intereses de las compañías que surten al mercado de los combustibles convencionales usados hasta ahora. Ahí es donde está la madre del cordero, a la hora de insistir sobre el secreto en estos temas.